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Las obras de la nueva estación de bus, para 400.000 viajeros al año, listas el 24 de enero

El importe final es de 3,95 millones | Solo queda instalar los falsos techos y hormigonar la zona de rodadura en la terminal para transporte por carretera de la futura intermodal

Las dársenas de estacionamiento de los autobuses en el futuro complejo intermodal de Ourense. | // IÑAKI OSORIO

El interior del edificio de viajeros, casi ultimado. | // IÑAKI OSORIO

Mientras las paleadoras acometen la demolición de la antigua estación de autobuses de Ourense en el barrio de O Pino –en ese solar, la Fundación Amancio Ortega construirá una residencia para mayores, con 120 plazas–, avanzan en la cuenta atrás los trabajos de ejecución de la nueva terminal para el transporte de pasajeros por carretera, en la futura intermodal de Ourense. Tras varios retrasos, por cambios en el proyecto, por la meteorología y por el propio impacto de la pandemia en el calendario de suministros, las obras de la nueva estación de autobuses estarán finalizadas el 24 de enero, con un importe final de 3,95 millones de euros, según indica el director de obra, Ernesto Muntaner, del grupo Applus.

Se estima que la futura terminal de autobuses del barrio ourensano de A Ponte –cuya ejecución compete a la Xunta, mientras que la obra ferroviaria es responsabilidad del Gobierno central– acogerá cerca de 79.000 expediciones al año, lo que supondría un aumento de más del 21% con respecto al actual, y casi 400.000 viajeros, un 12% más. La nueva estación de autobuses integrada en el complejo que traerá la alta velocidad contará con un sistema que registrará todos los datos de actividad y facilitará, por ejemplo, información a los pasajeros del tiempo estimado de llegada o salida de cada uno de los servicios.

“La obra está prácticamente terminada. Se ha finalizado la envolvente, las cubiertas, los solados del interior y las instalaciones. Falta hormigonar la zona de rodadura de los autobuses y poner falsos techos”, concreta el arquitecto Muntaner. Los trabajos deberían haber sido entregados ya este pasado 24 de diciembre, pero se solicitó una ampliación de plazo de un mes más. “Ha habido avatares e interrupciones. Surgieron cosas y en Galicia la lluvia también complicó las labores de hormigonado. Además, a consecuencia del COVID, hubo problemas con los suministros de pedidos. No fue una situación normal. La obra no representó una dificultad técnica pero tuvo circunstancias sobrevenidas y difíciles de prever”, explica este especialista.

Una vez entregada la obra el 24 de enero, la fecha de inauguración será ya una decisión administrativa, en función de lo que acuerden la Xunta y compañías de transporte.

La construcción de la nueva estación de autobuses de Ourense tenía un plazo inicialmente previsto de 12 meses, que se ha largado por distintas circunstancias. Comenzó con labores de demolición en septiembre de 2018, pero los trabajos tuvieron que paralizarse en octubre de ese año, por problemas de interferencias de accesos con el acondicionamiento del aparcamiento de la estación. Tras un reajuste y una nueva planificación por fases, se reanudaron en noviembre del año siguiente. Tras el inicio de la pandemia, las obras sufrieron una paralización de 15 días hasta recuperar el curso normal.

El plazo se alargó más de lo previsto y fue necesario hacer un modificado en el proyecto, hace unos meses, una propuesta que la Xunta aprobó. El director de obra explica que se introdujeron cambios en los cerramientos y pavimentos, debido a que el criterio es que las estaciones de autobuses tengan unificadas la estética y la funcionalidad de los elementos comunes.

El ruido y el centro de salud

El exterior del edificio de viajeros fue revestido con una piedra similar a la del edificio original de la estación de ferrocarril, y también se reprodujeron sus arcos para buscar una buena integración arquitectónica. La proximidad del centro de salud a una terminal con entrada y salida de autobuses todo el día, con la preocupación además por los ruidos, suscitó críticas de la oposición a este proyecto. El director de obra asegura que se ha adoptado “el máximo cuidado para respetar las actividades del centro de salud. Se cumplen todas las normativas y se puso un especial énfasis en evitar la transmisión de los ruidos. Se hizo un muro de separación entre espacios ajardinados para tratar de proteger al máximo de los ruidos”.

A sus 69 años y con casi 40 de experiencia, Ernesto Muntaner dice que proyectos de interés público como el de la nueva y casi finalizada estación de autobús de Ourense, con la administración como contratista, “son más gratificantes que el trabajo para particulares. Hay que controlar gastos, plazos y el calendario administrativo pero todo está mejor organizado, hay gente muy competente y se cuida la normativa al extremo, así como la funcionalidad o los ahorros de energía”.

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