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Tala ‘in extremis’ en As Burgas: “Era un milagro que las palmeras estuviesen en pie”

El ataque del picudo rojo mató los cuatro ejemplares y la bacteriosis los pudrió por el interior | La empresa que los cortó recibió el lunes la llamada para actuar con urgencia

Técnicos de Arbogal realizan la poda en escalada de las palmeras de As Burgas. | // IÑAKI OSORIO

Las palmeras de As Burgas han desaparecido del enclave turístico más emblemático de Ourense. Técnicos de la empresa Arbogal talaron ayer los cuatro ejemplares muertos por el ataque del picudo rojo borrando de la estampa los cuatro troncos que todavía flanqueaban el espacio monumental, pelados de palmas desde hace tiempo.

“Llevaban años muertas pero ahora había un problema de estabilidad brutal, podían colapsar en cualquier momento”, explica Tino Meis, gerente de la empresa Arbogal contratada por el Concello para esta tala de urgencia. El mal estado que presentaban las palmeras ya era conocido desde hace años. En 2018 empezaron a aplicarse tratamientos fitosanitarios pero no dieron resultado y el riesgo de caída era inminente.

El lunes, Arbogal recibió la llamada del Concello pidiendo una actuación urgente. “Tuvimos que mover el calendario para poder venir”, explica el gerente, que ya conocía el estado de estas palmeras. “Las dos más altas era un milagro que estuvieran de pie, digamos que estaban jugando la bola extra de la partida”, ilustra.

La peculiaridad de este ataque invasor es que ocurre en la clandestinidad. La insecto crea galerías interiores y cuando se percibe su existencia puede ser tarde. Tino Meis explica que el picudo rojo es la causa de la enfermedad que afecta especialmente a las palmeras, pero no el motivo de la muerte. “El insecto les provoca daños graves, pero lo que las mata es una bacterioris provocada por las heces de las larvas que sigue actuando después de que la palmera muere, alimentándose del tejido vivo que todavía queda”. Esto genera una putrefacción vegetal que acaba provocando un fallo biomecánico y la caída del tronco. “Hace unos años ocurrió en Vigo, en Samil”, recuerda.

Asumir un riesgo así en un espacio turístico como As Burgas era peligroso, de ahí la extremada urgencia con la que, afirma, se contrató esta tala que incluye dos palmeras más en Bispo Cesáreo.

El trabajo de tala es peligroso, sobre todo si la bacteriosis está muy avanzada, ya que pone en riesgo la integridad del operario si se opta por un trabajo en escalada y por secciones. Para estos casos, como ocurrió ayer con el tronco más alto, los técnicos utilizaron un camión con plataforma elevadora.

La tala de estas palmeras implica también la retirada de la guirnalda navideña que daba luz y color a esta zona y que se había colocado uniendo los troncos. Algunos comerciantes de la zona lamentaban esta pérdida ya que la crisis del COVID-19 ha reducido el turismo en la zona a la mínima expresión y las ventas han caído estrepitosamente. El escaso alumbrado navideño tampoco ayuda, dicen.

También fue muy crítico con esta actuación el concejal del PP y que fuera responsable de Medio Ambiente durante el gobierno de coalición, Jorge Pumar. Acusa al alcalde, Gonzalo Jácome, de “negligencia medioambiental” por adornar las palmeras secas con tiras de iluminación led. Tacha de “incomprensible” dicha decisión, “máxime cuando hay un informe técnico que advierte expresamente del peligro”.

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