Javier Outumuro ha vivido este año, fatal para su sector, desde su doble faceta de restaurador y propietario de A Taberna, pero también como presidente de la Unión de Hosteleros de Ourense, UHO, uno de los colectivos que ha estado detrás de todo el cartel reivindicativo y de movilizaciones de la hostelería, uno de los pilares de la economía de la provincia, y especialmente tocada por las duras restricciones sanitarias.

Reconoce que “aún a estas alturas no sabemos qué harán en Fin de Año muchos de nuestros asociados. Sabemos que hay locales que tenían reservas para 250 personas en Fin de Año y cayeron a 50 y otros que darán servicio a domicilio o menús para recoger en el local, lo que hemos estado haciendo hasta ahora. En oros casos, como es el nuestro, abriremos para atender a nuestros clientes, aún cuando sea difícil cuadrar los números” explica.

Es otro de los locales que “nunca ofrecimos menús cerrados, servimos a la carta en Navidad. Este año lo que posiblemente hagan muchos hosteleros es contener los precios, para animar y compaginar con los menús para llevar”.

A Taberna “nunca ofreció cotillón ni baile, solo cenas, y este año los comensales tomarán las uvas desde sus mesas y verán las campanadas desde los televisores que hay en e tenemos en cada comedor”. Un año en el que a los camareros le toca también jugar un poco a policías para que nadie se mueva en los locales sin la mascarilla puesta.