“Espera que vou levar un café”. El silencio se escucha mientras Eladio González sirve un café en la tarde de ayer a un cliente en el primer día de la reapertura de la hostelería en Verín tras 20 días de cierre decretado por la Xunta de Galicia para frenar la curva de contagios que tenía la localidad verinense. Pasó de 99 a 1 en el día de ayer. Una cifras que determinaron la apertura de la hostelería con medidas de nivel 2.

Eladio González es “el que está aquí siempre, sea por la mañana o sea por la tarde”. No se quiere denominar jefe o gerente ya que sus clientes son la familia que pudo ver después de casi un mes. El verinense explica que “ya había muchas ganas de abrir, teníamos ganas de trabajar otra vez”. Sobre el primer día advierte que “non foi nada do outro mundo, cafés, cañas e algunha charla, pero a verdade e que se agradece volver abrir”.

Destaca el buen comportamiento de los clientes y ante los “rebeldes” dice que la mejor medicina es una pequeña “riña”, aunque “todos se portan bien”.

En la localidad verinense crece la preocupación por la situación que vive Portugal, sobre todo los concellos limítrofes de la raia seca Montalegre y Chaves, donde el regidor del municipio de Chaves daba ayer un discurso para valorar la situación. En menos de dos días 30 casos más en Chaves, que contabiliza 474. “Estamos preocupados por la situación y le pedimos prudencia a los lusos que vengan a trabajar o a la villa de ocio y a los verineses que vayan a trabajar o de ocio, porque hay que tener cuidado, ya que ellos (los portugueses) están en una situación delicada”, dice Eladio.

En Coles y Amoeiro, el ambiente era de partida, pero con mascarilla. Sin embargo, Eladio dice que “suprimí las partidas porque siempre son intensas y siempre se lleva uno la mano a la boca”.

Una semana

Hoy se reúne el subcomité clínico de la Consellería de Sanidade y no habrá ninguna novedad. Esa es la conclusión después de escuchar al presidente Alberto Núñez Feijoó que dijo “el comité clínico valorará y tomará decisiones entre el martes y el viernes de la semana que viene sobre una posible apertura de la hostelería y la movilidad”. Unas declaraciones que indican que la ciudad puede reducir la presión de las restricciones la semana que viene en vísperas de un festivo. La presión hospitalaria se reduce de nuevo y los casos activos en la ciudad también hasta bajar a los 163 contagios, 18 menos que anteayer.

Precisamente, la curva del coronavirus cae en picado en la última semana donde las altas superan con creces a los nuevos positivos hasta registrar los 574. Una cifra que no se conseguía desde el 21 de septiembre, con el pico mayor de la pandemia en el 15 de octubre. Una desescalada de casos activos y hospitalizaciones más pronunciada en los últimos días, pero que deja un registro de más de diez días contando fallecimientos por coronavirus que ascienden a los 290 en total, con una segunda ola devastadora con 157 muertes, 24 más que en la primera.

En las residencias se retiraron del cómputo a un usuario de Nuestra Señora dos Anxos y tras los resultados del último cribado realizado el pasado lunes el centro de Beariz tiene 27 positivos entre los residentes y 7 trabajadores positivos.

Tres sindicatos sí apoyan el plan de contingencia

El Servicio Gallego de Salud tiene detractores y defensores al plan de contingencia del COVID en materia de recursos humanos a nivel autonómico. Si el personal eventual se manifestaba por la postura del Sergas, hay tres sindicatos que sí están de acuerdo con dicho plan. En una reunión, presidida por Ana María Comesaña Álvarez, director xeral de Recursos Humanos del Sergas, el pacto fue aprobado con el apoyo de las organizaciones sindicales CCOO, CSIF y SATSE que representan a la mayoría de la mesa sectorial. Por medio de este plan, según fuentes del Sergas, pretenden conseguir “el objetivo de dar respuesta a situaciones como la actual pandemia sanitaria, con recursos humanos suficientes ante los rebrotes y las nuevas olas epidémicas, además de reconocer el esfuerzo de los profesionales que desempeñan su labor en primera línea del COVID. El pacto incorpora, según explica el Sergas de un forma “ordenada” 17 medidas “extraordinarias” en materia de personal, como pueden ser la valoración de los servicios durante la pandemia. Punto crítico por algunos profesionales al entender que puede generar discriminación por enfermedad.