“La hostelería no es solo el que está detrás de la barra. Están los distribuidores, las panaderías, el frutero, la gestoría...”. Representantes de los sectores afectados de forma directa e indirecta por el cerrojazo se sumaron ayer a la manifestación que recorrió el centro de la ciudad reclamando el rescate de esta actividad gravemente afectada por las restricciones aplicadas para frenar la expansión del coronavirus. “¿Culpables de qué?”, se preguntaban en alguna de las pancartas que acompañaron con mensajes el cortejo fúnebre que partió a las 20.00 horas de la Praza Maior y recorrió Paseo hasta la Subdelegación del Gobierno escenificando la muerte y funeral del sector.

A la convocatoria, que partió de las asociaciones Ahrou y Véxote nos viños se sumaron también UHO y Cociña Ourense. “Juntos, trabajando codo con codo, hacemos más fuerza y con la protesta a pie de calle hemos conseguido mucho”, señala Álex Castro, portavoz de Ahrou. Sentar a los grupos políticos de la corporación municipal para consensuar medidas de apoyo como la bajada o suspensión de tasas o activar la ordenanza de veladores, cita, y “más que haremos”. De hecho, aunque no hay fecha todavía para la reapertura y Sanidade ya ha dicho que “no está sobre la mesa” la relajación de medidas en la capital, la motivación de los hosteleros no decae: “Si no llegamos a hacer este ruido, les habría dado igual por eso seguiremos haciendo ruido y luchando con más ganas todavía por estos negocios”, afirma.

Proveedores y distribuidores y otros afectados indirectos se sumaron a la manifestación. Iñaki Osorio

“La hostelería no es solo el que está detrás de la barra. Están los distribuidores, las panaderías, el frutero, la gestoría...”. Representantes de los sectores afectados de forma directa e indirecta por el cerrojazo se sumaron ayer a la manifestación que recorrió el centro de la ciudad reclamando el rescate de esta actividad gravemente afectada por las restricciones aplicadas para frenar la expansión del coronavirus. “¿Culpables de qué?”, se preguntaban en alguna de las pancartas que acompañaron con mensajes el cortejo fúnebre que partió a las 20.00 horas de la Praza Maior y recorrió Paseo hasta la Subdelegación del Gobierno escenificando la muerte y funeral del sector.

A la convocatoria, que partió de las asociaciones Ahrou y Véxote nos viños se sumaron también UHO y Cociña Ourense. “Juntos, trabajando codo con codo, hacemos más fuerza y con la protesta a pie de calle hemos conseguido mucho”, señala Álex Castro, portavoz de Ahrou. Sentar a los grupos políticos de la corporación municipal para consensuar medidas de apoyo como la bajada o suspensión de tasas o activar la ordenanza de veladores, cita, y “más que haremos”. De hecho, aunque no hay fecha todavía para la reapertura y Sanidade ya ha dicho que “no está sobre la mesa” la relajación de medidas en la capital, la motivación de los hosteleros no decae: “Si no llegamos a hacer este ruido, les habría dado igual por eso seguiremos haciendo ruido y luchando con más ganas todavía por estos negocios”, afirma.

Junto a ellos, también se manifestaron representantes de otros sectores perjudicados por el cerrojazo. Javier González, distribuidor de Candelas para la zona de Ourense, asegura que la facturación no ha llegado a recuperarse desde la cuarentena. “Hubo un bajón importante, pero al principio era esperanzador, aunque hubiese bajado se veían trazas de recuperación, pero cuando empezaron las restricciones todo fue a peor”, explica.

Óscar Santorum dirige una tienda de alimentación pero el 90% de su actividad es la distribución a la hostelería. “Reclamo el rescate de la hostelería pero no son ellos los únicos damnificados”, advierte. En su caso, durante la primera fase de la pandemia la facturación cayó un 96% y en esta segunda ola el 80% “porque no todos han cerrado y algunos restaurantes mantienen el servicio a domicilio”. Su apoyo a la hostelería es total pero recuerda que hay muchos sectores alrededor que también han caído y para los que no se contemplan ayudas. “Es importante que la hostelería las reciba cuanto antes porque si ellos no consiguen salvar este bache el resto tampoco podremos recuperarnos”, afirma.

Julio Manuel Dacosta, de Congelados Miño, mantiene el 50% de su facturación por las ventas directas en la Plaza de Abastos, pero el resto son pérdidas provocadas por el cierre de la hostelería. “Nos afecta mucho esta situación y hemos venido a apoyarles para hacer fuerza y porque si les ayudan a ellos nos ayudan a nosotros”, señala.

El vino es otro de los sectores damnificados. Lo sabe bien Jorge Feijóo, de Adega Vella, cuyo negocio se ha visto “afectado gravemente”. La facturación acusa el impacto pero no los impuestos “que seguimos pagando el 100%”. La suya, explica, “es una de las pequeñas bodegas que hemos apostado por la hostelería y no vendemos en grandes superficies, por lo que este cierre nos afecta muy directamente”. Estas empresas, la mayoría familiares, siguen abiertas pero prácticamente sin ventas: “Es una situación muy difícil que compromete nuestro futuro”.

También se sumaron a la protesta algunos propietarios de locales que han apostado por la solidaridad en tiempos oscuros retirando la cuota de alquiler a los hosteleros. Lourdes González es una de ellas. “No vivo de rentas, mi marido y yo tenemos trabajo pero también tengo una hija, y pago una hipoteca, ese ingreso me hace falta pero me pongo en la piel de los hosteleros y me veo en la necesidad de aportar mi granito de arena. Creo que con esto perdemos todos”, lamenta.

Ayudas a las actividades auxiliares

En el Concello de Ribadavia, con cierre perimetral y de hostelería desde la semana pasada, la junta de gobierno local ha aprobado una línea de ayudas por importe de 20.000 euros para la hostelería y la restauración que incorpora también las actividades auxiliares, entendiendo por estas a los proveedores directos del sector: carnicerías, pescaderías, fruterías, panaderías y distribución de bebidas. Serán ayudas lineales de 300 euros por beneficiario, en el caso de la hostelería y restauración, y de 200 euros para el resto, con una dotación de partida de 20.000 euros. En este último caso, deberán presentar el listado de establecimientos a los que sirven y acreditar que la facturación anual de la suma de todos ellos es superior a 9.000 euros.