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Promesas del arte ourensano

El Xuventude Crea premia la obra de Mar Ramón, Olaya Rodríguez y Lois Cid

Mar Ramón Soriano, en los jardines del campus. | // IÑAKI OSORIO

“Desnudo, juego de bolos” y “Pedra universal”. La primera es la pieza presentada por Mar Ramón Soriano, segundo premio en la modalidad de Artes Plásticas. Forma parte de una serie de juegos a los que se les ha arrebatado su función de entretener al cambiar la naturaleza del material con el que están construidos. La segunda imagen corresponde al trabajo “Pedra universal”, con el que Lois Cid obtuvo una mención de honor. Se integra en el trabajo “New Land” que cuestiona la idea del territorio partiendo de un análisis sobre la complejidad topográfica de los Países Bajos que el autor inició durante su estancia en Holanda, en 2017. | PROYECTORA DE IDEAS/FDV

Promesas del arte ourensano

La ourensana Mar Ramón Soriano tiene 27 años y estudió Bellas Artes la UVigo, donde continuó con el máster en Creación e investigación y ahora prepara su tesis doctoral. Dibujaba mucho, como cualquier otro estudiante en las páginas vacías de la agenda escolar, pero su verdadera vocación por el arte explosionó cuando ya estaba en la universidad. “Entras un poco perdida y no sabes muy bien qué te vas a encontrar”, apunta.

Entre todas las disciplinas eligió artes plásticas y es una veterana del Xuventude Crea. Acumula varios premios y este año obtuvo el segundo esta modalidad con su pieza escultórica “Desnudo, juego de bolos”, una obra en cerámica que habla del juego y esa etapa de la vida marcada por la inocencia, del acierto, el error o la puntería, pero también de la fragilidad: “En caso de utilizarlos, se romperían en pedazos”, señala.

La pieza, explica Mar, forma parte de una serie de cuatro esculturas “que son juegos inservibles e inútiles a los que no se puede jugar porque se les ha arrebatado su función de entretener al cambiar la naturaleza del material con el que están construidos. Son cuatro ejercicios infructuosos y estáticos”.

La obra de esta joven artista va mucho más allá y reflexiona también sobre la sexualidad. Las piezas forman parte de un proyecto más amplio titulado “Esa mujer, de Monica Lewinsky al porno de venganza” que “aborda la sexualidad como arma de humillación femenina”. Alguna de las otras esculturas , explica Mar Ramón, “hacían una referencia más directa a la sexualidad y a la carnalidad, pero ‘Desnuda, juego de bolos’ habla más sobre estos golpes, los bolos serían una representación de los cuerpos de los que siempre hablo al utilizar la cerámica y los tonos rosados. Me parece que la dicotomía dureza-fragilidad que me aporta el barro es extrapolable a la psique humana: podemos parecer resistentes y duros, pero si juegan con nosotros acabamos quebrándonos”, describe la artista.

Louise Bourgeois, Annette Messager o Rosemarie Trockel son sus referentes, pero también artistas más cercanos como Julia Huete o Pablo Barreiro. La inspiración, dice, “se puede encontrar en cualquier lugar”. La clave está en la forma de mirar, “cualquier cosa puede ser germen para un proyecto. Yo, por ejemplo, me centro mucho en las cosas que pasan dentro de casa, sus rincones, o los objetos que la pueblan, sillas, camas, botes de cristal...”.

A través del doctorado, Mar imparte algunas clases en Belas Artes y no le importaría continuar en la Universidad. Vivir del arte “es difícil”, admite, pero no imposible. En mente tiene ya un proyecto de producciones cerámicas encaminadas hacia lo utilitario. “Hay que diversificarse”, afirma.

Olaya Rodríguez, tiene 26 años y es de Verín. Ella obtuvo el tercer premio en la modalidad de Fotografía con “A sombra da utopía”, un trabajo ambientado en el Circo de los Muchachos, de Benposta. A través de la imagen, reflexiona sobre “las utopías y la búsqueda de los sueños que nos hacen caminar a pesar de estar vivos o muertos”, explica la autora, que tras estudiar Realización de Proyectos Audiovisuales en el Centro de Estudios Marcote, de Vigo, cursa Fotografía en la Escuela de Arte Pablo Picasso, de A Coruña. Su deseo es continuar su formación por la rama del diseño gráfico.

En la fotografía, Olaya ha encontrado un vehículo para contar historias y el trabajo que presentó “relata una pequeña historia ficcionada sobre una mujer, Inés, que lo deja todo por ser funambulista”. La obra, con final abierto, “consiste en una serie de retratos ambientados con una tendencia onírica pero realista”, describe.

Lois Cid, de 27 años y natural de Xunqueira de Espadanedo, convivió con el arte desde su infancia. En tierra de ‘oleiros’, su padre trabajó la cerámica desde una perspectiva artística, pero Lois no ha seguido, por ahora, este camino. El suyo tiene la fotografía como punto de partida pero deriva en el ámbito escultórico. “Pedra universal”, el trabajo que presentó al Xuventude Crea en la modalidad de Artes Plásticas no recibió un premio con dotación económica como el resto pero sí una mención de honor. “El jurado consideró que el trabajo era interesante y destacó la calidad de la obra”, señala.

Su propuesta, explica, “analiza los materiales base que componen el territorio, los codifica en un lenguaje de imágenes, para finalmente posibilitar que estos se repliquen artificialmente. En este escenario, las fotografías y los materiales rediseñados conviven y elevan la condición de territorio a un estatus universal”. En la práctica, la obra se traduce en una piedra impresa con material plástico en 3D 25 veces. “25 piedras idénticas, algo que en la naturaleza no podría suceder”, apunta.

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