Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

tRIBUNA LIBRE

Los montes que rodean la ciudad

Los montes que rodean la ciudad

Este confinamiento perimetral en el que nos encontramos desde hace ya varias semanas me ha servido para redescubrir los montes que rodean nuestra ciudad. A nada que alcemos la vista podremos ver que Ourense se encuentra rodeado por diferentes elevaciones de escasa altura que ayudan a definirla delimitando de una manera natural el crecimiento de nuestra ciudad. Desde Ceboliño hasta O Cumial, pasando por Montealegre; desde los montes de Seixalbo hasta los de As Lamas, en el vecino municipio de Barbadás, para continuar hacia el Nom de Deu; desde Fechos hasta Sartédigos, pasando por Palmés, Beiro y As Tres, o desde Velle y los montes de Canivelos para llegar nuevamente a Ceboliño, lo cierto es que nuestra ciudad se encuentra delimitada por estas prominencias, desconocidas por una buena parte de los ourensanos.

A los pies de estos montes nos encontramos con el valle formado por los ríos Miño y Barbaña, auténticos corredores de vida, espacios lineales y vitales que desde siempre y sobre todo el Barbaña, han regado nuestras huertas. Y no nos olvidemos del río Loña, que con sus profundas gargantas discurre agrestemente a los pies del Castro de San Tomé, para encontrarse, ya de manera apacible, con el río Miño.

Estos elementos naturales, combinados con la acción que el ser humano ha realizado, y realiza sobre ellos a lo largo del tiempo, configuran nuestro paisaje, nuestro territorio construido. Un territorio que cada uno de nosotros percibiremos e interpretaremos de manera diferente en función de nuestras vivencias, conocimientos, valores, sensaciones y emociones. Recordando a Vicente Risco, unos dirán que Galicia es bien pequeña, pero otros dirán que Galicia es un mundo.

Nuestros montes y nuestros ríos son sin lugar a dudas los elementos que han de vertebrar la ordenación urbanística de nuestra ciudad. Espacios que hemos ido cercando y acosando a lo largo del tiempo con diferentes procesos urbanizadores, y que necesitamos proteger de unos malentendidos crecimientos pseudourbanos, potenciándolos como los grandes pulmones del Ourense más urbano.

En estas semanas de confinamiento perimetral he recorrido nuevamente estos lugares, mirando, oliendo, tocando y escuchando, siempre en Ourense, y en la mayor parte del tiempo he encontrado nuestros montes inexplicablemente vacíos, tremendamente atractivos.

A los que no los conozcáis, os animo a descubrirlos, están aquí a lado.

(*) Arquitecto

Compartir el artículo

stats