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La generación S.O.S. del sector del ocio ourensano: “Esto ya es la puntilla”

Hosteleros, autónomos y pymes se concentraron en el Puente Romano, durante el paso de La Vuelta, para reclamar “más soluciones” para un colectivo dañado por la pandemia

Un grupo de hosteleros se concentraron en el Puente Romano a la llegada de La Vuelta a la capital ourensana. Brais Lorenzo

La pandemia está agudizando la crisis que vive en esta segunda ola el sector del ocio con restricciones que limitan su actividad y que implica el cierre, para muchos, o el cese de actividad para otros con los ERTE como salvavidas.

Los hosteleros, autónomos y pequeños comerciantes salieron ayer a las calles de Ourense para pedir un S.O,S que permita salvar a la hostelería y al sector del ocio que se ve nuevamente agravado por una crisis sanitarias que acentúa y pone la soga al cuello del sector del ocio. La generación del S.O.S vuelve a pedir soluciones y ayudas para una situación insostenible después de que la Xunta anunciara el cese de actividad no esencial en los concellos de la comarca de Ourense y de la comarca de Verín. Se sobrepusieron a la crisis iniciada en 2008 y ahora vuelven a vivir un “déjà vu”. La locomotora económica de la provincia se para en seco.

Hosteleros ourensanos portaron una pancarta en la que pedían un S.O.S para el colectivo. Un representante del colectivo de la hostelería de Ourense, Asociación de Hostalería e Restauración Ourensá, Álex Castro, defendió el acto de protesta por las nuevas restricciones a partir del viernes a las 15.00 horas. El representante alega que “va a ser un nuevo varapalo para un sector duramente golpeado por la crisis que estamos viviendo, pero también por las restricciones impuestas desde la Xunta. Si ya estábamos fastidiados, ahora muchísimo más”.

El alegato se enmarca dentro de la dureza de las restricciones impuestas pero también por la falta de prestaciones económicas que suplan la falta de actividad que tienen el sector hostelero desde inicios de septiembre en la capital y también en la provincia. El representante dice que “ya estábamos ahogados y esto ya es la puntilla que nos faltaba”. Los hosteleros lamentan la “incertidumbre” que vive el sector tras el nuevo cese de actividad después del de primavera y remarcan que “supondrá muchos cierres de negocios”.

La misma sensación tienen los hosteleros y autónomos del sector del ocio en Verín que vieron como después de autoconfinarse una semana no sirvió para nada ya que el confinamiento perimetral llegó y ahora las nuevas medidas implican un cese de actividad que dejará a muchas personas en ERTE y muchos negocios con la decisión de si cerrar o no. El modelo Carballiño traspasa a los sitios más afectados por el virus, mientras en la villa carballiñesa nada cambia. La hostelería mantiene el cierre decretado, a pesar de la recuperación acentuada de las dos últimas semanas.

Gimnasio, igual a salud

No pertenecen al sector sanitario, pero reivindican su papel con el sector de la salud y no del ocio. En O Carballiño tuvieron que cerrar por imperativo político y sanitario y no concordaban con las medidas. La misma situación ocurre en Ourense y Verín donde algunos propietarios, monitores y usuarios ponen el grito en el cielo por incluir el gimnasio en el sector del ocio.

Dos propietarios de gimnasio alegaban que “es que no se entiende, nosotros tenemos personas que el deporte y la actividad física es su medicina, tenemos a gente en rehabilitación, no somos sector del ocio. Nuestra actividad es tan esencial en la recuperación de las personas que no entendemos como nos pueden catalogar como ocio”.

Suso Doval

“Pierdo las cuatro mesas de terrazas, pero, al menos, podré vender a domicilio”

El Bar París tiene en el horizonte su aniversario, aunque el gerente Suso Doval advierte que “queda mucho, pero ojalá podamos celebrar los Magostos, la Navidad, el Entroido y el aniversario todo junto cuando esto acabe”. El gerente desarrollaba su actividad a última hora de la tarde con pinchos y con la primera copa de la noche. “Todo cambió, primero se cerró la noche y nos enfocamos más en los pinchos con variedades para dar más servicio al cliente y ahora estamos trabajando a domicilio y la verdad, de momento, nos sorprende porque está yendo bien. No bien como antes, evidentemente, pero lo suficientemente bien como para mantener a mis empleados y poder pagar las facturas”. Ante la falta de ayudas, el ourensano admite que “no me sentí abandonado porque aplicaron los ERTE, pero sí que es cierto que hay cosas en las que deberían hacer algo como son los impuestos, no nos pueden limitar o cerrar como es el caso, sin ninguna contraprestación. Eso no puede ser”. Mientras Feijóo anunciaba el cierre del sector hostelero en Ourense, Suso Doval admitía que “pierdo las cuatro mesas de terrazas, pero, al menos, podré vender a domicilio. Veremos lo que aguantamos”. El sector del ocio y la hostelería vive “desesperado y con incertidumbre”, sobre todo en Los Vinos donde la actividad “cayó en picado. Ya hay sitios que no volverán a abrir con la misma gerencia”.

Manuel Castro

“Con estas medidas toca reiventarse; no queda otra que aguantar y ser positivos”

La Casa do Pulpo de Verín es un emblema de la villa, de la comarca y de la raia seca. Un establecimiento que cuenta por con la tradición como carta de presentación y que vive una situación atípica. No tiene terraza y eso mina los ingresos que se reducen drásticamente después de semanas de confinamiento en Verín. Manuel Castro es su gerente y admite que “nosotros no cerramos como otras cafeterías y bares de la villa, que cerraron con toda la intención de ayudar y ahora volvieron a abrir y otra vez a cerrar”. La Xunta decretó el cese de la actividad no esencial y en ella está el sector de la hostelería y la restauración. La Casa do Pulpo pasó de dar entre 30 y 40 comidas al día a 5 o 6. “Verín es un desierto desde hace días, no viene nadie y el ánimo también decae entre los clientes. Nosotros vivimos mucho de la gente que llega de otros lugares y el confinamiento nos mata, la verdad”. Ante esta situación, el gerente señala que “toca reinventarse, una opción es el reparto a domicilio, que es algo que estamos barajando, pero con las nuevas medidas y nuestro cierre por decreto, veremos si compensa estar abiertos, porque si no podemos pagar ni gastos, tendremos que ir al ERTE. Con estas medidas toca reinventarse, no queda otra que aguantar el chaparrón y ser positivos porque sino estás muerto”.

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