El periodo de diez días de cierre voluntario de la hostelería de Verín –13.700 habitantes, 87 pacientes con infección activa de Covid-19– finalizó ayer pero existe la opción de que se extienda. El portavoz del gobierno, Diego Lourenzo (BNG), indicó que a primera hora de hoy se tomará una decisión basándose en la intención mayoritaria del sector. Existe debate entre quienes son partidarios de reabrir y los que prefieren mantener la persiana cerrada porque no les compensa. Unos setenta podían votar en un grupo de wasap, con plazo hasta las doce de la noche. El ayuntamiento ha ofrecido una doble alternativa según el acuerdo al que lleguen los empresarios. Si, una vez finalizado el periodo de cierre voluntario, deciden volver a dar servicio, la administración permitirá que atiendan en la terraza, respetando eso sí la restricción de la Xunta: un máximo por mesa de 5 personas que vivan juntas. Si la decisión acordada es continuar cerrados, el Concello plantea un periodo de 7 días y extender las ayudas aprobadas para el periodo inicial: 300 euros de aportación fija y lineal más un importe prorrateado según los gastos del establecimiento, para cubrir la cuantía correspondiente del alquiler, la hipoteca o los seguros sociales.

El municipio de Verín, que estrenó ayer un confinamiento perimetral en el conjunto que integra con Vilardevós –1.800 habitantes, 16 casos activos– y Oímbra –1.700, 15 infecciones en curso–, lleva más de una semana con una cifra de casos activos de Covid-19 por encima de los ochenta. El Sergas tenía diagnosticados 45 el 18 de septiembre en Verín, cuando se decretaron las primeras medidas restrictivas en cuanto a los aforos. Este pasado martes, día 20, se registró el máximo hasta el momento en lo que va de pandemia, 88 infecciones activas. Ayer eran 87, dos más que el miércoles. La Policía Local, la Guardia Civil y la Policía Nacional establecieron los primeros puntos de control en el área cerrada, que limita las entradas y salidas –también a Portugal, territorio con el que tienen fronteras los tres municipios– a actividades autorizadas, como el trabajo, la sanidad, la educación o un tránsito que atraviese el área con destino a otros territorios.

El conjunto de Verín, Vilardevós y Oímbra, en el que ayer entró en vigor el tercer confinamiento perimetral de la provincia de Ourense –así como la prohibición de reuniones para no convivientes en los dos concellos pequeños, que ya regía en Verín desde el día 8 de octubre–, suma 118 casos activos, dos más que este miércoles. Las medidas restrictivas pretenden frenar la expansión en la comarca del virus, que está llevando a un aumento de la presión hospitalaria. Hay 7 ingresados en el hospital local, entre los 118 pacientes de los tres centros públicos de la provincia.

Crece la presión hospitalaria

La orden de la consellería de Sanidade que establece las nuevas restricciones señala que, en la comarca de Verín, las medidas adoptadas hasta ahora no bastan para contener el brote, que “tiene una evolución muy adversa y está afectando también a la población de los grupos de edad más avanzada”, un colectivo con más probabilidad de empeoramiento y de requerir hospitalización. “Es imprescindible restringir al máximo las interacciones sociales para proteger esta población más vulnerable”.

El valor de la tasa acumulada a 14 días para el total de la comarca es “4,5 veces el valor alcanzado para el conjunto de Galicia. Dentro de la comarca destaca Verín, por presentar casos todos los días y con una tasa también superior a la de la semana anterior. Este aumento en el ayuntamiento de Verín también repercute en el resto de ayuntamientos de la comarca, como Oímbra y Vilardevós, con tasas que continúan aumentando. Los indicadores de riesgo de la comarca siguen presentando niveles altos de riesgo”. La autoridad indica un aumento de las PCR positivas en la zona. “Además, el número de casos hospitalizados es alto para esta zona tan pequeña, con el añadido de presentar mayor riesgo de enfermedad grave por tratarse de una población muy envejecida”.