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Cierre del sector del ocio en la comarca de O Carballiño para poder controlar la pandemia

El comercio minorista se salva de la prohibición y mantendrá su actividad | La región ya tiene las medidas más restrictivas de toda España, solo superado por los toques de queda europeos y el confinamiento de Irlanda

El Bar Nitron, el único que hay en la localidad de Feás, cierra por las nuevas medidas impuestas por el Gobierno gallego. | // BRAIS LORENZO

Tres mujeres se levantan y huyen del Bar Nayla de O Carballiño, al enterarse que van a ser fotografiadas. Se marchan mientras arguyen que sus hijos no quieren que se junten, pero ellas lo hacen igual. “No se enteran”, dicen. Ellas vivieron la última mañana de las terrazas de los bares, tanto en la villa carballiñesa, como en Boborás, como en O Irixo. La Consellería de Sanidade, a través de una propuesta del subcomité clínico, impuso el cese de toda actividad no esencial, enfocado al sector del ocio, mientras que el comecio minorista podrá seguir con su día a día.

En concreto, la orden prohibe ejercer la actividad a establecimientos de hostelería y restauración; bibliotecas y archivos; museos y salas de exposición; visitas a monumentos; actividades en cines, teatros y auditorios; centros de ocio infantil; gimnasios y piscinas; aulas de naturaleza o centros de atención turística; establecimientos de locales de juego y apuestas; y las celebraciones de congresos, conferencias, eventos y actos similares.

El conselleiro de Sanidad, Julio García Comesaña, la directora general de Salud Pública, Carmen Durán, y el gerente del Sergas, José Flores, apuntaron que el refuerzo de las medidas en esta comarca “obedece a la necesidad de frenar la expansión del virus, tras constatarse en los últimos días un aumento de casos positivos, relacionados con el ámbito familiar y de confianza”. El titular de Sanidade desveló que “en concreto, en O Carballiño uno de los últimos casos positivos detectados, se contagio en una terraza de un bar, por lo que nos vemos obligados a tomar esta medida”.

En la villa carballiñesa, todos se preparan para el apagón de la vida social tras el cierre de las principales zonas de ocio. Sin embargo, las autoridades sanitarias y los poderes públicos añadieron que “el cese de actividad no afectará a los establecimientos de actividad minorista que podrá permanecer abiertos, ni a los locales de hostelería y restauración que desempeñe a sus servicios en centros hoteleros o centro de trabajo”.

Con las medidas en la mano, supone un varapalo para el sector hostelero que ayer servían sus últimas consumiciones en terrazas y también para los diferentes bares y cafeterías de los concellos limítrofes como Punxín, Beade, Maside, Piñor, San Amaro, San Cristovo y Cea que tampoco podrán servir en su interior por el nivel de alerta 2 decretado para toda Galicia. El PP carballiñés piden que estas restricciones se acompañen de medidas económicas para paliar el duro golpe al sector.

Las medidas más duras

Las restricciones impuestas en la comarca de O Carballiño no tienen precedente en el ámbito nacional y ya son las más duras de España, como lo fueron las reuniones de no convivientes decretadas en la capital ourensana el día 3 de octubre. Además, solo son superadas por los toques de queda europeos y el confinamiento nacional de Irlanda durante seis días.

Del cese de actividad no esencial, se salva el comercio minorista que ayer resoplaba al pensar que tenían que cerrar de nuevo y ven en su presente un atisbo de esperanza para un futuro todavía incierto con una comarca confinada.

La incidencia de O Carballiño obliga a tomar medidas severas, sobre todo después de las reuniones sociofamiliares que son el primer origen de los rebrotes y la propagación del virus, pero también las fiestas clandestinas que se produjeron en la villa. En concreto, los vecinos hablan de dos que fueron dos focos importantes. Ayer, la villa de O Carballiño bajaba los casos activos pero permanecía en el umbral de los 180 y la segunda con más incidencia es Boborás que con una tasa por encima de 1.000 casos por 100.000 habitantes, contabilizaba 29 casos activos. Además, el municipio de O Irixo y Punxín tenían 7 y San Cristovo de Cea, un total de 8.

Las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado realizaban controles y seguirán con ellos a las salidas del confinamiento perimetral de O Carballiño, O Irixo y Boborás. Ayer, un agente multaba a una vecina de Avión por moverse hasta la capital, alegando que “iba a hacer la compra, que tenían mejores precios”. El agente abrió una denuncia y le mandó dar marcha atrás para volver a su concello de origen.

El endurecimiento de las medidas obliga a un apagón general en el ocio en la villa carballiñesa para controlar una pandemia en descontrol en una comarca en la que ya no habrá más partidas de cartas. Al menos, de forma oficial.

Ourense se queda sin abuelos: ocho muertes más en un día

Ourense registra su peor día en cuanto a mortalidad después de siete meses de pandemia. Nueve días después de contabilizar nueve muertes (el peor día), la provincia vuelve a registrar ocho víctimas mortales por coronavirus que elevan las víctimas mortales a las 207 los fallecimientos en la provincia. En concreto se trata de una mujer de 77 y un hombre de 94 años, ingresados en el Hospital de Verín; tres mujeres de 99, 90 y 82 años ingresadas en el hospital ourensano; y dos mujeres más de 92 y 87, además de un hombre de 89 de la residencia Os Gozos de Pereiro de Aguiar. De las ocho fallecimientos, seis son procedentes de residencias y todos ellos del geriátrico Os Gozos, que supone el mayor foco de contagios en centros de mayores de toda Galicia. La letalidad baja pero porque se detectan más casos y porque las residencias de mayores no se ven tan afectadas por la primera ola. Pero lo cierto es que en esta segunda ola, Ourense contabiliza 72 víctimas mortales desde el 8 de agosto, cuando se empezaron a incrementar los casos positivos. En cuanto a la incidencia en la capital desciende, pero la propagación en Carballiño y Verín aumenta la curva provincial. Preocupa la hospitalización ya que aumenta en 3 casos más en la UCI, y ayer la dirección del CHUO trasladaba al hospital vigués, Álvaro Cunqueiro, a seis pacientes positivos, en el marco del plan de contingencia que especifica que el centro de referencia es el hospital vigués.

Luciano Cendón | Gerente del gimnasio Korpore Fitness (O Carballiño)

Gimnasio Korpore Fitness Brais Lorenzo

Estamos cabreados, no somos ocio, nosotros somos del sector salud”

En el gimnasio Korpore Fitness de O Carballiño conviven en una sala las dos Españas. La que optan por la música personal mientras hace ejercicio físico y la que ve de fondo la moción de censura de Vox en la televisión con Santiago Abascal de fondo. Luciano Cendón, gerente de la sala deportiva, habla sin tapujos, explicando que “estamos realmente cabreados con esta decisión de cerrar nuestra actividad como nos mandan las autoridades, porque nosotros no pertenecemos al sector del ocio, somos del sector de la salud. Tenemos que explicarle a los que tomaron esa decisión que no tenemos orquestas aquí dentro del local y estamos todos juntos. Al contrario, cumplimos las medidas que nos imponen, pero nos cabrea que nos incluyan en el sector ocio, cuando no lo somos. No sé qué piensan, de verdad”.

El perfil mayoritario del público de un gimnasio huye de los estereotipos del culturismo y abraza la salud física como medicina previa para evitar cualquier tipo de patología. El gerente arguye que “nosotros tenemos certificados médicos e informes de pacientes que les recetan y recomiendan ejercicio físico. Por ejemplo, personas con problemas cardiovasculares, con patologías cardíacas o también de psicólogos por estrés o ansiedad que le dicen al paciente que haga ejercicio físico. Por esto nos parece irracional la medida que están tomando con nosotros”.

El gimnasio mantiene todas las medidas de prevención y nadie anda sin mascarilla. Todo lo contrario. Cada uno respeta a los demás y lo hace consigo mismo en todas las máquinas. Luciano alega que “nosotros teníamos que estar abiertos porque el ejercicio físico es fundamental y somos parte de la salud. Nos cabrea que se acuerden de nosotros para estas cosas, pero para otras no”.

Las medidas de restricción de los aforos también afectan económicamente y sobre la pregunta del futuro, el gerente explica que “tenemos un gestor que nos asesora y como ahora hay tantos tipos de ERTE, nos tiene que dirigir un poco a cuál podemos acogernos”.

Y finaliza diciendo que “el ejercicio es fundamental para todos, pero sobre todo para aquellas patologías en las que la actividad física repercute positivamente en el bienestar del que lo practica. Y por ello, no nos cabe en la cabeza que nos cierren ahora. Porque, repito, no somos ocio, aquí no nos reunimos, el gimnasio es una distracción para muchos donde se hace ejercicio físico. Nada más, no estamos aquí de charla. Todos cumplimos y los clientes nos apoyan”.

Javier Durán | Gerente del Café Bar Escada (O Carballiño)

Javier Durán Brais Lorenzo

Ya que no nos ayudan, por lo menos que no nos quiten más”

Tres clientes toman su café matinal en el Bar Escada mientras Javier Durán atiende una petición de consumiciones para llevar. Todos sentados con la mascarilla, leyendo el periódico y con suficiente espacio entre ellos. El gerente del bar de la villa carballinesa se veía ayer preocupado por la deriva de su negocio y con las medidas impuestas por el gobierno gallego en O Carballiño. “Sabemos que la situación está mal aquí, y ahora nos mandan cerrar otra vez, pero ya que no nos ayudan de alguna forma económica por el cese de nuestra actividad durante tantos días, solamente pedimos que no nos quiten. No es normal que yo acabe de pagar ayer la cuota del trimestre de autónomo. Estamos en una situación de crisis y es entendible que no nos pueden quitar más de lo que podemos generar. El autónomo y todas las facturas a las que tenemos que hacer frente”.

La hostelería y la restauración son los segundos focos de contagio como arguyó el Conselleiro de Sanidad, Julio García Comesaña. A este respecto, uno de los gerentes del Bar Escada advierte que “nosotros cumplimos con todas las medidas de protección y prevención. Pero no somos policías, podemos prevenir a la gente que cumpla las normas, se siente separada y se conciencie, pero no podemos generalizar en ese sentido porque las normas en mi bar se cumplen y aquí no hay ningún problema. Lo que no se entiende es que por ejemplo, no pueden tomar nada dentro del establecimiento, pero si puedan entrar a jugar a la tragaperras. Las medidas son un poco difusas, en ese sentido”.

Sobre la recesión económica y el efecto que supondrá el cese de actividad en su poder adquisitivo, se sincera alegando que “te genera preocupación, estrés y ansiedad claro, porque no sabes qué pasará. Todos tenemos hijos e hipotecas que pagar y los bancos no te perdonan. Es una situación en la que te sientes atado y te afecta personalmente, no solo es el negocio, también son preocupaciones de futuro y problemas que tienes que solucionar”.

Javier Durán finaliza diciendo que “ya que no nos ayudan, que no nos machaquen. Yo no soy epidemiólogo, ni experto, ni político ni nada, pero solo pedimos que no nos machaquen. Después durante el tiempo que dure esto, verás como la gente se reúne en sus casas o en los parques. ¿Es más seguro eso que una terraza de un bar? Hay cosas que no entendemos, nosotros cumplimos con todas las medidas, pero nos están machacando”.

José Ogando | Vecino de Feás (Boborás)

Brais Lorenzo José Ogando

A veces tenemos que apagar la televisión, nos afecta tanto bombardeo”

En la localidad de Feás, llueve a mares. No hay nadie por la calle ni por la carretera, excepto las profesionales de Correos que dejan en los buzones las misivas correspondientes. Entre la penumbra y la intensa lluvia aparece José Ogando con su mujer. Ambos tienen una casa en O Carballiño y otra en Feás. Decidieron irse durante el verano para la más aislada y ahora que todo estalló no piensan volver para protegerse.

José Ogando advierte que “aquí en Feás la situación está tranquila, donde se vive con más preocupación es en O Carballiño o Boborás, que es donde hay más casos”. Se aparta para cerrar el paraguas y especificar que “estamos todo el día con noticias de coronavirus y la verdad que ver por la televisión y escuchar por la radio, siempre las mismas noticias sobre el tema te afecta. A veces tenemos que apagar la televisión porque te afecta de verdad y nos vamos a dar un paseo”. Y añade que “yo sí que estoy concienciado, no me quito la mascarilla cuando salgo”.

La vida social de este matrimonio se reduce solamente a ir al supermercado y caminar. “Salimos a dar paseos porque en casa todo el día no puedes estar metido, además hay que hacer algo de ejercicio. Nuestra vida social, es simplemente ir al supermercado y dar paseos, nada más”. La “bomba vírica” que estalló en Ourense ya afecta con la misma incidencia a O Carballiño y Verín. Para el matrimonio las nuevas medidas “son necesarias para intentar controlar esta situación, que no solo es sanitaria si no económica. Muchos negocios tendrán que cerrar, son tiempos complicados”. El coronavirus llega a todos los concellos de la comarca, pero en Feás no hay constancia. Aunque José advierte que “el único bar que hay aquí, el Bar Nitron, cerró por las medidas así que la vida social aquí, si ya era poca, ahora será menos”.

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