El silencio de O Carballiño en cuarentena

El silencio al andar por Boborás indica que los bares y la vida social está prácticamente apagada. No se respira normalidad, si no todo lo contrario. El municipio registra 18 casos positivos en diez días y mantiene una tasa de incidencia de 1100 casos que va en incremento. La regidora de Boborás, Patricia Torres (PP), narra como la preocupación va en aumento para un municipio que tiene 2.300 habitantes, de los cuáles la mitad (1.150) son personas mayores de 64 años: "Estamos realmente preocupados por el ritmo que llevamos y por lo que nos transmiten las autoridades sanitarias. Mucha gente me llama o se comunica conmigo para tener información, pero lo cierto es que los casos, hasta donde podemos decir, se detectan entre la gente joven, no está cerca de las personas mayores y eso para nosotros es una tranquilidad dentro de la preocupación que tenemos, porque somos una población envejecida".

Tras detectar un caso positivo asintomático en el servicio de guardería, decretó que tanto menores como personal se pusieran en cuarentena para esperar por una citación de las pruebas con el fin de dilucidar casos asintomáticos. Patricia añade que "además detectamos un caso también en el servicio del conciliación por ello le comuniqué a las familias que estuvieran en cuarentena y que no llevaran a sus hijos ni a la guardia ni al concilia". La regidora arguye que "tenemos que buscar esos asintomáticos que están haciendo que se propague el virus y se harán cribados al personal de los servicios municipales para tener una fotografía real de la incidencia que estamos teniendo, porque no es normal".

La vida en Boborás transcurre en silencio durante todo el día, a expensas de la actividad esencial. La única farmacia del pueblo está esperando para hacer los test rápidos a gente y en el centro de salud las llamadas no cesan en busca de información sobre la situación, de petición de pruebas y de la rutina médica de todos los días. La curva es "crítica" en la comarca y tanto Boborás como Carballiño iniciaron actuaciones de desinfección para higienizar los lugares donde puede haber una concentración de personas mayor. Ambos concellos ayudan a través de los servicios de Protección Civil para poder ayudar a los más necesitados en tareas diarias y la regidora de Boborás advierte que "el trabajo que tenemos estos días es tremendo, tenemos una carga enorme y estamos todos los concelleiros trabajando unidos".

Boborás sube de nivel de alerta y se instala en el 2 con 27 casos activos, a pesar de tener medidas de nivel 3, y la situación de la villa de O Carballiño también es preocupante ya que detecta en 10 días un total de 70 casos. Una incidencia también exponencial y que deja una mínima bajada en el día de ayer de dos casos activos, pasando de 178 a 175. En O Irixo la tendencia también se mantiene en los últimos días pasando de cuatro a once.

Unos datos que hacen que se mantenga el confinamiento perimetral establecido entre los tres concellos, que ven como Lalín, concello limítrofe con Irixo, también tiene un nivel 1. Precisamente , este municipio aumentó en 7 casos en los últimos días y registra 11 positivos activos.

Quedan "15 días críticos" para el control de una pandemia que silencia la vida social en los tres municipios afectados y que apaga sectores como el turismo y la hostelería, donde las persianas están bajadas. En unos casos por cuarentena y en otros por responsabilidad individual y colectiva. La "bomba vírica" estalló en Ourense y su onda expansiva cayó en un Carballiño que vive hoy su sexto día de cierre.

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