La semana pasada una trabajadora de la Residencia de Os Gozos, en Pereiro de Aguiar, se hizo una PCR y cuatro días después llegaron los resultados de dicha prueba, que fueron positivos, y se activaron los protocolos para cribar a todos los residentes y trabajadores de la residencia para ver si el virus volvía a estar dentro de las instalaciones. Se realizaron los test, y hasta cuatro días después no se entregaron los resultados de la residencia que clarificaban que el coronavirus ya estaba dentro del geriátrico.
La Fundación San Rosendo enfatizaba la tardanza de los resultados en la propagación del virus en el centro que contabiliza 163 residentes positivos y 46 trabajadores que también arrojaron un resultado positivo.
El conselleiro de Sanidad, Julio García Comesaña, explicó a FARO que "nuestra capacidad diagnóstica es alta, pero sigue dependiendo de muchos factores. Esa semana teníamos un problema de rotura de stock de las puntas de pipeta de los analizadores. Plástico al fin y al cabo, pero crítico". El responsables de las competencias sanitarias en la Comunidad Autónoma indica que "el contagio en una residencia no depende de que detectes pronto o tarde a un trabajador infectado, depende de los circuitos, protocolos bastante fue haber detectado a ese positivo en un cribado y si la respuesta ha tardado un poco más el contagio no se produjo por ese tiempo". Y finaliza diciendo que "seguramente la propia residencia tiene que revisar sus protocolos, como hacen todas".
Cuatro días en entregar unos resultados de una PCR que provocaron que la trabajadora asintomática continuara con su actividad laboral y propagase el virus en un centro con personas vulnerables que ha sido intervenido por la Xunta de Galicia, con controles médicos diarios ante el escenario de preocupación ya que en dicha residencia han muerto nueve personas de las cuales ocho en el Complejo Hospitalario de Ourense.
