Mazaira, un ourensano en China: "Aquí hay una normalidad del 99%"

El entrenador de fútbol base afirma que las medidas tomadas en el país fueron efectivas y que "de momento, no hay segunda ola"

Álex Mazaira, en el centro de la imagen, con la cantera en la que es entrenador en Shangai.

Álex Mazaira, en el centro de la imagen, con la cantera en la que es entrenador en Shangai. / // FdV

Ourense

Pensar en estar rodeado de niños y niñas en una fotografía se escapa de la realidad que vive Ourense y que desborda España. Álex Mazaira, entrenador de fútbol base en Shangai (China) presume de vida rodeado de jóvenes futbolistas sin mascarilla y con contacto. "Aquí tenemos una normalidad del 99,9% a diferencia de otros países. Lo único que vivimos un poco de forma preventiva es que en el transporte público y eventos multitudinarios hay que llevar mascarilla y también hay control de temperatura en algunos sitios, pero por el resto la vida se realiza con normalidad aquí, se puede ir a restaurantes, cenar con amigos y, de momento no sabemos nada de la segunda ola del virus, pero ya sabemos que puede llegar por la rápida propagación", explica el ourensano.

La afirmación sorprende por una realidad paralela que vive el país asiático donde estalló el nuevo coronavirus. El técnico de fútbol dice que "tengo un amigo que estuvo en Wuhan y me dijo que la ciudad fue sede, hace unos días, de un torneo de fútbol para niños que organizó la liga china. Fue el presidente del gobierno y representantes nacionales para hacer un homenaje a las víctimas que murieron, y eso quiere decir que está muy bien, porque hacer un homenaje con miles de niños todos interactuando entre ellos y disfrutando con el fútbol es una señal importante de como está la situación en Wuhan, de la normalidad que se respira".

No tiene restricciones para moverse por Shangai, aunque las autoridades no recomiendan salir de ciertas regiones ya que al regresar se debería hacer pruebas. "El último caso de coronavirus que hubo fue en una ciudad que derivó en diez positivos más. Las autoridades hicieron seis millones de pruebas a la gente en tres o cuatro días para evitar problemas de propagación. Este tipo de medidas marcan la diferencia con el resto de países, como por ejemplo el cierre de las fronteras en marzo a todas las personas que estaban en el extranjero y tenían trabajo aquí, que no pudieron venir hasta septiembre", dice Álex.

Desvela que "el seguimiento de los casos positivos es casi individual con aplicaciones móviles, cámaras y códigos personales, es cierto que limita la libertad individual pero en situaciones como esta quizás sea necesario". El punto negro es no poder hacer viajes internacionales ya que al regresar tendría que pasar pruebas caras y guardar una cuarentena de 14 días.

Su normalidad difiere de la ourensana y ve a su tierra desde la lejanía con "pena por como se está viviendo todo y por como se está gestionando la crisis en España. Se podrían haber hecho mejor las cosas y ahora toca a toda la sociedad remar en la misma dirección. Esperemos que a partir de ahora las decisiones sean acordes a la situación que se vive allí y haya más responsabilidad. Desde luego por lo que leo y me comentan, China ahora mismo es el país donde la nueva normalidad desapareció y volvemos a la vieja normalidad casi por completo".

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