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La Fiscalía ve creíble a la víctima y ratifica su petición de 2 años de cárcel para el portero del Zaragoza

La defensa solicita costas para la denunciante por supuesta "mala fe y temeridad", y que la jueza declare daños y perjuicios para el futbolista

Ratón, junto a su abogado, a las puertas del juzgado. // Iñaki Osorio

El juicio contra el portero ourensano del Zaragoza Álvaro López Ratón, de 27 años, quedó ayer visto para sentencia. En la segunda y definitiva sesión de vista oral -celebrada a puerta cerrada desde el miércoles-, hubo una última declaración pericial y las partes expusieron sus conclusiones en el turno de informes. La fiscal mantuvo su acusación, con una petición de dos años de cárcel, 5 de alejamiento -a una distancia mínima de 500 metros-más una indemnización de 9.690 euros. Considera creíble y persistente en lo esencial la versión de la víctima de la presunta agresión sexual ocurrida la madrugada del 24 de junio de 2018 en el callejón trasero de un pub de O Carballiño, donde el futbolista profesional estaba pasando unos días. La acusación particular eleva la solicitud a 4 años de cárcel y a más de 18.000 euros. La defensa, que aprecia "contradicciones" en el relato de la mujer tras los hechos y también en su interrogatorio anteayer, quiere la absolución. El joven niega los hechos.

El abogado de Ratón aprovechó su informe de conclusiones para ampliar su planteamiento inicial y reclamar la condena en costas de la denunciante. Esta parte considera que existe "mala fe y temeridad" de la mujer. Pretende que la magistrada del Penal Número 1 de Ourense -quien prevé unos dos meses de plazo para dictar sentencia- declare daños y perjuicios al futbolista de Segunda División.

Sobre las 6 de la madrugada del 24 de junio, el futbolista, que se encontraba celebrando San Juan en su villa de origen, coincidió con la mujer en un pub del barrio de Flores. Ella presentó denuncia cinco días después en el cuartel de la Guardia Civil. Según su versión, tras una breve conversación, la agarró fuertemente por el brazo y la llevó hasta una esquina de un callejón sin salida y con escasa visibilidad, situado en la parte trasera del local. Allí, según relata la Fiscalía en su escrito de acusación, presuntamente "le insistió en mantener relaciones" y ante la negativa de ella la zarandeó y empujó contra una pared, golpeándose la víctima contra un banco de piedra.

El ministerio público sostiene que "besó a la víctima en contra de su voluntad, le metió la mano por dentro de las bragas y él se bajó los pantalones". La víctima reiteró su negativa y el acusado presuntamente la llamó "zorra" antes de marcharse. La mujer se fue a casa y presentó denuncia el 29 de junio. Le han quedado secuelas psicológicas, según el informe del forense, que también refleja que sufrió policontusiones por la agresión.

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