Desde que en junio se doblegase la curva de contagios tras la llegada en febrero del coronavirus a Galicia, varias zonas han vivido brotes de distinta intensidad que han obligado a la Xunta a tomar medidas específicas en esos territorios. Primero fue A Mariña, luego A Coruña -donde se podría decir que comenzó la segunda ola--, también en puntos más localizados, como las residencias lucenses de O Incio y de Outeiro de Rei. En las últimas semanas, el epicentro de la epidemia se ha desplazado a Ourense, y sus consecuencias están siendo devastadoras.

En lo que va de octubre murieron 54 personas diagnosticadas por coronavirus en la comunidad. De ellas, 27 vivían en la provincia interior, la más envejecida de España. Es decir, con poco más del 11 por ciento de la población gallega, acapara el 50 por ciento de los decesos en este periodo. Un comportamiento que se aleja de lo ocurrido en el conjunto de la pandemia: de los 803 registrados desde marzo, 180 son de Ourense, un 22,4 por ciento.

De las víctimas mortales de este mes, tres estaban ingresadas en residencias de mayores, otras nueve fallecieron en hospitales tras ser trasladados desde geriátricos y otras 15 se encontraban en alguno de los centros hospitalarios de la provincia.

El Gobierno gallego tomó las primeras restricciones en Ourense el 2 de octubre, y desde entonces no ha dejado de ampliarlas a varios concellos y de endurecerlas, hasta imponer el confinamiento perimetral de la capital y de otros municipios, como O Carballiño. El crecimiento de los contagios se ha moderado, pero no deja de crecer, lo que apunta a que las consecuencias en forma de víctimas mortales seguirán agravándose en los próximos días. Ayer, la jornada más letal de la segunda ola, Ourense sumó nueve de los 11 óbitos.

De acuerdo con la última información del Sergas, el área sanitaria ourensana vuelve a estar a la cabeza de nuevos positivos, con 86, que dejan en 1.605 los casos activos. Hay 11 personas en las ucis (41 en todas las áreas sanitarias) y 76 hospitalizados, del total de 218 en el conjuntio de la comunidad. Los colegios de Ourense también son las más afectados por el cierre de aulas y el número de positivos.