La recuperación registrada por el comercio exterior ourensano en los meses de junio y julio no impide que las empresas exportadoras de la provincia acumulen ya una pérdida de ingresos millonaria por los efectos económicos de la pandemia del coronavirus. Entre marzo y julio (últimos datos disponibles) dejaron de ingresar 127,3 millones de euros en comparación con el mismo período de 2019.
Mes a mes, desde la irrupción de la pandemia el coste mensual para la economía ourensana, solo desde la vertiente de las exportaciones, fue de 18,8 millones en marzo y de 48,2 millones en abril, para fijar récord en mayo con 48,7 millones. El final del estado de alarma aportó mejorías en junio y julio, meses en los que el bajón de ingresos se suavizó hasta 8,2 millones y 3,3 millones, respectivamente.
En porcentajes, las exportaciones ourensanas cayeron en tasa interanual (comparativa con el mismo mes del año anterior) un 26% en marzo, un 57,5% en abril, un 54,4% en mayo, un 12,2% en junio y un 4,9% en julio. Con esta evolución, bajaron de media un 33,5% durante el estado de alarma y la desescalada.
En el acumulado de 2020, entre enero y julio, el descenso se modera hasta el 22,9%, gracias al buen comportamiento que estaba teniendo el comercio exterior de la provincia en el arranque del ejercicio. En enero había crecido un 10,5%, al generar 7,54 millones de euros más que en el primer mes de 2019, mientras que en febrero apenas varió los números del ejercicio anterior (leve descenso del 1,4%).
Destrucción de empleo
Si bien la caída de ingresos por comercio exterior no se traslada de forma inmediata al mercado de trabajo, con destrucción de empleo, a medio plazo sí que arrastrará despidos y desempleo.
Los 127,3 millones que dejó de ingresar el sector exterior de la provincia entre marzo y julio equivalen a los costes laborales de 4.411 puestos de trabajo, tomando como referencia la media de 28.856 euros que las empresas gallegas destinan a cada contratación. Es decir, si hubiese una repercusión directa entre exportación y plantillas, al actual ritmo de ventas al exterior la provincia estaría poniendo en riesgo 882 empleos cada mes.
Por otra parte, los efectos de la pandemia del Covid-19 medidos desde la pérdida de internacionalización de las empresas ourensanas provocan una marcada alteración en la estructura de ventas por regiones y países. Desde la llegada de la pandemia las exportaciones ourensanas a América, al Mercosur y a Asia se han reducido casi un 60%, más del doble que las destinadas a Europa (-28%), a la UE-28 (-28,4%) y a la UE-27 -tras el Brexit- (-27,3%). El contrapunto está en las ventas a África, que han crecido un 36,8%, aunque representan poco volumen (1,2 millones de media mensual).
Con el Covid-19, la dependencia ourensana de los mercados europeos subió desde el 78% hasta el 84,4%, la de la UE-28 del 76,8% al 82,6%, frente a pérdidas de peso de América (bajó del 12,5% al 7,9%) y de Asia (del 8,1% al 5,1%).