O Carballiño inició el puente del Pilar con sus calles prácticamente vacías, después de que la Xunta de Galicia, a través de la Consellería de Sanidad, a propuesta del subcomité de expertos, propusiese imponer medidas más drásticas y restrictivas al concello. El municipio pasó a nivel 3, con prohibición del consumo en el interior de cafeterías y aforos al 50%. Unas medidas que apagaron la vida social de la villa carballiñesa durante la mañana de ayer y que obliga a muchos hosteleros y comerciantes a cerrar sus persianas.

Las medidas restrictivas se tomaron por contabilizar más de 20 casos en varios brotes y la incidencia acumulada de los últimos días. Al cierre de los establecimientos hosteleros se les unió la reducción de la vida social, con paseos esporádicos, cafés solitarios y hosteleros colocando de nuevo las mesas en la terraza con la esperanza de que aparezcan personas convivientes y se puedan sentar a consumir.

Las restricciones que se publicaron ayer en el Diario Oficial de Galicia provocó que O Carballiño pasara al club de los señalados en rojo. La poca gente que paseaba por las calles de la villa se extrañaba de ver que "la vida ha desaparecido", apuntaba una vecina en la Plaza de la Veracruz. Otro municipio que apaga la vida social y económica para intentar frenar una segunda ola de la pandemia que provoca recesión económica allá por donde crece exponencialmente y en O Carballiño la incidencia es mayor a la media gallega en los últimos siete días.