Los díscolos insisten en un acuerdo contra Jácome "sin líneas rojas y menos con vetos"

Los cuatro concejales díscolos, que reivindican ser mayoría en el grupo municipal de Democracia Ourensana (4 de 6), reiteran su firme voluntad de hacer todo lo posible para contribuir a que Ourense "recupere la normalidad de gobernabilidad," y dicen estar preocupados ante la actitud del portavoz del grupo socialista, Rafael Rodríguez Villarino, por sus reuniones con el alcalde, Gonzalo Pérez Jácome, apoyado por dos ediles -uno de ellos no adscrito al grupo de DO-, en un "pseudogobierno que es altamente perjudicial para la ciudad".

Los críticos aseguran que no pueden entender que después de apoyar una iniciativa presentada por Ciudadanos para la dimisión del alcalde, que contó con el respaldo de 24 de 26 concejales, y con la posibilidad de una moción de censura sobre la mesa, Rodríguez Villarino se preste a negociaciones "en la trastienda de la Alcaldía", en un "burdo pasteleo" de dedicaciones exclusivas y asesores a repartirse, como dicen "así lo reconoció".

Ante ello, "nosotros consideramos, y así se lo trasladamos a la ciudadanía, que el objetivo principal y fundamental no es otro que restablecer la gobernabilidad al Concello de Ourense, con una mayoría estable fruto del consenso de la amplísima mayoría de la corporación de desalojar al alcalde y su pseudogobierno a tres". Señalan que este tipo de actitudes, como la del portavoz socialista, "no hacen más que trasladar a la ciudadanía una confusión innecesaria, así como la incoherencia política para dar los pasos necesarios hacia esa normalidad por la que abogamos".

Piden un acuerdo de la mayoría, "sin líneas rojas ni cordones políticos, y menos con vetos a cuatro concejales" que, según esgrimen, fueron capaces de denunciar la gestión de fondos del grupo municipal y donaciones de asesores. De seguir en esa línea de primar "componendas" con el alcalde, critican los díscolos, su opinión es que el PSOE será "cómplice necesario del actual desgobierno en que Pérez Jácome tiene sumida a la tercera ciudad de Galicia, con el único objetivo de mantenerse en el cargo".