El Concello de Vilar de Barrio no está dispuesto a que tras los daños que sufrió este municipio a causa de la oleada de incendios de este verano, que calcinaron 550 hectáreas en la zona, las pérdidas se vean agravadas con la erosión de las lluvias. Ayer se llevó a cabo la regeneración de unas seis hectáreas en el monte vecinal de Rebordechao, con la participación de personal municipal y los comuneros, empleando unos mil kilos de semillas de centeno. Además, el alcalde, Manuel Conde, recibió la llamada del conselleiro de Medio Rural, José González, que le anunció la elaboración de un plan director para el Macizo Central.

En estrecha colaboración con la Comunidad de Montes de Rebordechao, el ayuntamiento puso en marcha esta acción para evitar el arrastre de la ceniza y tierra. Y es que los incendios "no pueden olvidarse después de que ocurran, porque causan una erosión grave en el monte y contaminación de los acuíferos y ríos, y este incendio incide directamente en el nacimiento del Arnoia".

La comunidad de montes compró 1.000 kilos de semillas que ayer fueron sembradas en una de las zonas de la Serra de Mamede que, por su pendiente, es más vulnerable a los daños ambientales por los arrastres. La planta escogida, Secale cereale, tiene la gran ventaja de ser una gramínea muy rústica con un sistema radicular muy desarrollado que le permite fijar el suelo. Además de evitar la erosión será de provecho para los herbívoros una vez esté implantado. En la actuación de ayer participaron un total de diecisiete personas.

Desde que se produjo el incendio el Concello llevó a cabo acciones para sensibilizar a los vecinos y a las administraciones autonómica y estatal. Según el alcalde, el conselleiro "me llamó, le expliqué lo que estábamos haciendo, y me comunicó que nos iba convocar a todos los alcaldes del Macizo Central porque estaba elaborando un plan director de toda esta zona ante los incendios".

Los incendios calcinan y dañan ecosistemas, pero también el patrimonio histórico. Uno de los grandes fuegos de este verano en Monterrei y Cualedro afectó al castro O Muro do Búbal, en Medeiros.