El presidente de la Diputación de Ourense, José Manuel Baltar, no quiso mojarse ayer ni un ápice. Echó balones fuera haciendo entender que él no está moviendo ficha para propiciar el desalojo de Jácome y el cambio en el Concello (no faltan fuentes que afirman que el grueso de la operación se está gestando desde el PPdeG en Santiago), y ni siquiera quiso mojarse sobre la posibilidad de apoyar al líder del PSOE como alcalde, ante la situación limite que vive el gobierno local "No me corresponde decidir a mi quién puede ser alcalde", eludió.

Delega toda responsabilidad "en los grupos políticos" porque el Concello "no tiene gobierno" y considera que si el alcalde tuvo "24 de 26 concejales que votaron y le pidieron la dimisión", argumentó Baltar pues "deberían de unirse ahora para una moción".

Preguntado por la crisis en el Gobierno municipal, el líder provincial del PP ratificó que al no renunciar Jácome a ser alcalde, es hora de "hablar con todos los grupos para buscar solución" para una eventual "moción de censura", después de que se haya "quebrado la unidad" en el Gobierno municipal.

La "única posibilidad legal para afrontar un cambio de alcalde" en Ourense es, en su opinión, una moción de censura tras la "ruptura" interna en el partido Democracia Ourensana, liderado por Jácome.

Insistió en que "los grupos municipales tienen "la última palabra" e impulsar una moción de censura y asegura que desconoce si hay negociaciones.