La lluvia finalizó el trabajo que desde el pasado sábado realizaban sin descanso los equipos del servicio de extinción y decenas de vecinos que se unieron a la lucha para frenar el avance de las llamas. Durante la noche del jueves y la madrugada de ayer quedaron extinguidos los fuegos de Montederramo-Gabín (50 hectáreas), Chandrexa de Queixa-Queixa (850), Manzaneda-Cernado (800), Manzaneda-Paradela (404), Lobios-Río Caldo (2.000), Vilar de Barrio-Rebordechau (550) y Muíños-Prado de Limia (250). En total, suman 4.900.

Una de las zonas más afectadas ha sido Cualedro, donde el fuego llegó a la aldea de Carzoá y quemó varias casas. Un vecino de este lugar, Tomás Fernández, envió ayer una carta para denunciar la situación de "emergencia" que padecieron los residentes de este pueblo: "Nos vimos desamparados, solos y desprovistos de medios".

El secretario general del PSdeG-PSOE, Gonzalo Caballero, visitó este pueblo ayer y emplazó al presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, a "no escatimar esfuerzos" y desarrollar una verdadera política que defienda el medio rural y que no dependa de la lluvia.

Asimismo, el BNG denunció que la base de helicópteros del Xurés, donde ardieron 2.250 hectáreas, "Esta cerrada desde julio".

Por otro lado, la Policía Autonómica, en colaboración con agentes ambientales, investigan a dos personas como presuntas autoras de sendos delitos de incendio forestal en Toén y Maceda. En el primer caso, se trata de un conato que se produjo el 15 de septiembre a causa de unas voladuras en una cantera. El segundo, también conato, se produjo el 10 de septiembre en A Veiga, Maceda, y tuvo su origen en la realización de trabajos de corte con una sierra radial sin tomar las medidas de precaución necesarias.