Es la pregunta que desde la Unidad de Prevención del Suicidio lanzan en una primera toma de contacto a los nuevos pacientes. "¿Si tu no estuvieras sufriendo, estarías pensando en suicidarte? Todos, el 100% de los que acuden a la consulta dicen que no. El sufrmimiento en el ámbito familiar, personal, social o económico es lo que hay que abordar para tratar de reconducir esa conducta suicida".

Las profesionales sanitarias advierten que "puede pedir ayuda a su médico de cabecera, visibilizando la enfermedad como un dolor de cabeza, y si no quiere ayuda es necesario hablarlo sin reproches. Tenemos que romper con el tabú de no hablar de este tipo de conductas".

Durante el confinamiento se produjeron situaciones de estrés, ansiedad y agobio. Las conductas suicidas durante este periodo se redujeron "porque las personas estaban vigiladas y no tienen esas conductas así. Normalmente, un importante porcentaje son conductas compulsivas y repentinas, porque si una persona lo analiza durante un tiempo, no lo hace. Hablarlo es fundamental".