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Un columpio sobre el cañón del Sil

Un balancín fabricado por Breogán Pereiro, un bodeguero de la Ribeira Sacra, permite a los visitantes mecerse sobre un entorno natural de escarpadas pendientes con viñedos

El 'Bambán do Solpor', uno de los atractivos de la Ribeira Sacra. GUILLERMO SOTELO

Las escarpadas laderas y los accidentados terrenos sobre los que se asientan los viñedos de algunas bodegas de la Ribeira Sacra convierten a los viticultores locales en expertos en salvar las dificultades. No solo las propias de trabajar las vides ubicadas en empinados bancales, sino también las derivadas de buscar nuevas fuentes de ingresos en tiempos de incertidumbre. Este precisamente es el caso de Breogán Pereiro, un bodeguero de Doade, que ha sido capaz de reinventarse y convertir el columpio que instaló en una encina centenaria de su propiedad en un atractivo turístico más de los muchos que hay en la Ribeira Sacra. "A iniciativa xurdiu da necesidade", así explica el propietario de la bodega Terra Brava el origen de abrir al público su particular balancín sobre el cañón del Sil. "Cando se veñen varios golpes seguidos non che queda outra que reporte e aínda máis se, coma nós, eres un adega tan pequeniña. Partíamos de que levabamos tres anos moi complicados nos que tivemos que facer fronte ós fungos, a unha granizada e a sequía e agora o coronavirus facíanos parar de novo", continúa.

Lo cierto es que el columpio de Breogán Pereiro lleva ya siete años en su viña pero la idea inicial era tenerlo para uso y disfrute personal y de amigos y familiares. No obstante, el espectacular balancín pronto empezó a coger fama entre las gentes de la zona y los turistas y eran muchos los que se colaban en los terrenos para columpiarse "causando destrozos e pisando as cepas". El propietario de Terra Brava tenía claro desde el año 2017 que el flujo ilícito de visitantes al columpio había que canalizarlo de otra manera y, a partir de ahí, la idea de una nueva propuesta enoturística para la Ribeira Sacra salió sola.

Un paseo para aprender

Más allá de la "experiencia máxica" de mecerse sobre los cañones del Sil y las pequeñas terrazas de viñedos que peinan un paisaje en el que se practica la viticultura heróica, lo que persigue Breogán Pereiro con esta propuesta es que "o visitante experimente a sensación do que é traballar o viño nesta pendente". "Trátase de que comprendan o duro que é sacar adiante unha botella a partires dunhas vides ubicadas nunha ladeira que roza ós 40 graos de inclinación e na que a recollida da uva se fai maioritariamente de xeito manual, apoiados únicamente nun rudimentario sistema de raís e poleas para baixar os ácimos que previamente son izados en cestas pola ladeira", explica.

El atractivo columpio señala el punto final del recorrido, pero lo que más le interesa a Breogán Pereiro es explicar "con todo o amor do mundo" a todo aquel que lo quiera escuchar cómo hacen los vinos en el lagar y todo el proceso que se encuentra detrás de una botella.

Por el momento, la acogida de esta propuesta está siendo un 'bum' y cuentan ya con numerosas reservas para el mes de agosto. Breogán se esfuerza ahora por gestionarlo todo de la mejor manera posible con el fin de que "non se perda a maxia do sitio" y aspira a que las visitas a los viñedos puedan realizarse a diario durante todo el año menos los días en que llueva. Los interesados en reservar un día y una hora para disfrutar de este nuevo atractivo de la Ribeira Sacra pueden hacerlo a través de la página de Facebook 'Breogán Adega Terra Brava' o bien contactando a través del número de teléfono 661 43 00 07. Para tener acceso a la ruta y al balancín hay que comprar una botella de vino para dos personas y la bodega da a escoger entre sus crianzas, con un precio de 20 euros, o un caíño tinto que puede adquirirse por 25 euros.

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