Antes de que transcurran veinte años no prescriben los crímenes, y la Policía Judicial de la Guardia Civil de Ourense revisa periódicamente los casos pendientes de esclarecimiento, como el doble asesinato de Taboadela, en abril de 2009. La Guardia Civil aprecia nuevos indicios y la posibilidad de esclarecer en breve la muerte a tiros del matrimonio de José Martínez (65 años) y Teresa Campos (63). Con la ayuda de métodos de investigación más avanzados que los de entonces, la Policía Judicial reactiva las pesquisas. Mientras, la causa judicial continúa archivada provisionalmente en Instrucción 3 de Ourense.

Los cadáveres fueron encontrados el 26 de abril de 2009, el día después de los hechos, en el patio y en un pequeño almacén de la casa de la parroquia de Amendo por la hija del matrimonio, cuando acudía a comer con ellos ese domingo. José Martínez presentaba un tiro en el cuello y se encontraba en las escaleras de la vivienda, mientras que la mujer, Teresa Campos, presentaba un impacto en la cabeza y se hallaba en el gallinero. En la primera investigación no se localizó el arma ni tampoco ADN.

En este proceso el único imputado fue el hijo del matrimonio, J. M. M. C., que siempre negó implicación e incluso llegó a manifestar que nunca empuñó un arma. Los investigadores apuntaban a él por la supuesta enemistad que mantenía con sus padres. Además, un testigo vio en las inmediaciones de la vivienda del matrimonio un vehículo parecido al del vástago. Los agentes aportaron informes de posibles restos de pólvora y un análisis de una nota escrita a mano, y de tono amenazante, hallada en el pantalón del progenitor que, según un lingüista, pudo redactar el investigado. Pero la Audiencia Provincial consideró insuficiente el "resultado de los sucesivos análisis realizados sobre los restos obtenidos de sus ropas, y su compatibilidad con los residuos de un disparo", así como al estudio de la misiva, "basado en la particular forma de expresarse del imputado".

Fue detenido dos veces y excarcelado también otras tantas por orden de la Audiencia Provincial. El fiscal pidió que fuera a juicio con jurado. En septiembre de 2013, el máximo órgano judicial de Ourense acordó el sobreseimiento al no encontrar evidencias suficientes, solo "meras sospechas". El primer arresto se produjo a los seis meses del crimen, en octubre de 2009, después de que una mujer se desdijera tras prestarle una coartada. Esta estuvo imputada por un presunto encubrimiento. Dijo que se encontraba con él a la hora estimada por los investigadores como el momento del crimen. Meses después se desdijo y precipitó la detención. Ante la juez nunca lo culpó, sin embargo. "Es un chivo expiatorio", llegó a manifestar.

El hijo fue investigado por otros hechos, el presunto tiroteo a un compañero brigadista, pero el caso también terminó archivado. En cambio, fue condenado a 4 años y 3 meses de cárcel por amordazar, atar y encañonar con una pistola a un amigo y compañero de trabajo, unos hechos ocurridos solo una semana antes de la muerte a tiros de sus padres.