Una cordillera de tres kilómetros de fuego al llegar la noche mantuvo en vilo a los vecinos de la parroquia de Flariz, en Monterrei. Miedo y tensión ante la peligrosa aproximación de las llamas durante la noche del viernes al sábado. El incendio siguió activo durante toda la jornada de ayer, con reproducciones intensas y una línea de fuego aún visible por la tarde. En el primer día, las llamas amenazaron el pueblo de A Salgueira -67 vecinos, según el padrón- y, avivadas por un fuerte viento con rachas cambiantes, mantuvieron en vilo también a localidades como Medeiros, Requeixo o A Caridade. "Ardieron viñas, colmenas, castaños y robles. Por suerte no se llegó a desalojar a ningún vecino", explicaba José Luis Suárez, el alcalde. Está convencido de un origen criminal, tras varios focos esta semana en el municipio y sucesivos en el distrito Verín-Viana, el más castigado en Galicia en lo que ha transcurrido de verano. "Hasta que lo consiguieron no pararon, llevábamos cuatro o cinco días con pequeños conatos, siempre al lado de carreteras, hasta que la armaron", manifestó ayer. El conselleiro de Medio Rural, el ourensano José González, visitó la zona este sábado y apuntó a una intencionalidad. "Quien con estas circunstancias meteorológicas, calor y viento, causa un incendio es un delincuente". Aludiendo a la sucesión de fuegos en la comarca en los últimos días, y a los cinco focos que dieron origen al atardecer al de Viana, lamenta que "no pararon hasta provocar estos daños". González pide colaboración ciudadana, animando a que los vecinos denuncien si saben quién es el incendiario.

La presidenta de la DO Monterrei, Lara da Silva, explica que el Consejo Regulador se puso en contacto con las bodegas para conocer el alcance del fuego en sus cultivos. Algunas como Fragas do Lecer, Crego y Monaguillo o Tapias Mariñán tuvieron "alguna afectación", pero la titular del organismo indica que "por el momento no se puede ofrecer una estimación de daños. A Salgueira no es de los pueblos con más extensión pero, con todo, sí existen viñas que pertenecen a la DO". Darán un margen de "descanso" tras el estrés de estos días con el fuego a las puertas. A partir del lunes trabajarán junto a los propietarios para conocer el balance de daños, a dos meses de la vendimia. Un nuevo destrozo después del que ocasionó el granizo en 2019, recuerda da Silva.

El momento más crudo de la primera noche se vivió entre la 1 y las 2 horas de la madrugada. Una dotación de 64 militares de la UME de la base de Ferral del Bernesga (León), desplazados con seis autobombas, un camión nodriza así como vehículos de transporte y apoyo -relevados por otros 43 a las 10 de la mañana- ayudaron a frenar el fuego, que había comenzado a las 17.05 horas. A las 23 horas del viernes, la consellería de Medio Rural cifraba la superficie afectada en 150 hectáreas. A primera hora el dato oficial era ya de 450, incluyendo los daños en parcelas agrícolas, incluido algún invernadero, lo que supone unas 300 hectáreas arrasadas en las horas nocturnas -cuando los medios aéreos ya no pueden actuar- por este voraz incendio que obligó a declarar el nivel 2 de alerta, por la cercanía del fuego a las viviendas, entre las 22.42 horas del viernes y las 9,08 del sábado. Fuentes de la extinción se quejaban de que la activación era ya necesaria a las pocas horas y atribuían el retraso a un intento por no afectar a la estadística del plan Pladiga, que marca un número deseable de pocas situaciones 2.

Según el último balance de Medio Rural difundido ayer, desde el inicio de este frente han luchado contra el fuego en el lugar 1 técnico, 16 agentes, 32 brigadas, 21 motobombas, 2 palas, 9 helicópteros y 12 aviones.

El distrito de Verín-Viana es el más extenso de los cinco de Ourense, con unas 149.000 de las 577.000 hectáreas de superficie forestal de esta provincia. Desde principios de semana registró focos sucesivos. Durante tres días consecutivos sufrió los tres mayores incendios de este año: 144 hectáreas arrasadas en Verín -la autovía A-52 estuvo cortada casi una hora el miércoles-, 210 en Viana do Bolo -un incendio de cinco focos, con "clara intencionalidad" según la Xunta, que tras comenzar a las 20.28 horas se dio por extinto hoy a las 12.44 horas-, más las 450 de Monterrei. En Riós, un incendio iniciado al llegar la noche, el miércoles, calcinó otras 20 hectáreas más. Antes de que provocaran el gran incendio de Viana, ese mismo día se registraron otros tres, dos de los cuales afectaron a unas 25 hectáreas. Ayer, otro de los concellos de este distrito, el de A Mezquita, registró un incendio que fue sofocado con la ayuda, entre otros medios, de la BRIF helitransportada de Laza. Las llamas quemaron unas 3 hectáreas de superficie agrícola en la parroquia de Santigoso, entre las 14.14 y las 15.47 hora de este sábado.

En los incendios de Viana do Bolo y Monterrei, el Estado apoyó a la Xunta con medios aéreos de gran capacidad de carga de agua, procedentes de bases de distintas comunidades.

En una semana, fijando el inicio del periodo en el sábado 18 de julio, el daño en la provincia de Ourense -una de las más castigadas en España cada verano por el fuego- llega a unas 960 hectáreas, contabilizando solo los incendios de mayor envergardura (la Xunta hace públicos solo los fuegos que superan los 20 hectáreas o que afectan a espacios naturales protegidos o vías de comunicación). Ese sábado ardieron casi 60 hectáreas en Canibelos, Mende, en la periferia de la ciudad, cerca de viviendas. Ayer por la mañana, entre las once y doce y media, se registró un nuevo foco en el ámbito urbano: un conato en el barrio de Covadonga que, según la Xunta, afectó a "superficie urbana". Trabajaron un agente, una motobomba y una brigada. Los bomberos de Ourense, que llegaron primero, aseguran que sí ardió monte. Regresaron por la tarde por una pequeña reproducción.