Los senegaleses Ibrahim y su hermano Baye llevan quince años en Ourense, pero de empleados de Frutas Samuel, han pasado a convertirse en propietarios de ese puesto del "rianxo" por traspaso.

"Conozco a todas esas "rianxeiras", somos amigos, son muchos años juntos", explica Ibrahim, quien afirma que, "como hicieron ustedes los gallegos, pienso en jubilarme un día y con lo que gane volver a mi país". Luego se pasa a un casi perfecto gallego para reconocer que la cosa está dura y "aquí hai que traballar máis que un negro para vender algo; a xente ten medo", advierte con absoluta retranca.

Siempre trabajó en esta zona del "rianxo" y no recuerda ninguna obra de mejora en el mismo. De hecho había ya un ambicioso proyecto que data de hace casi 20 años , en un primer Peri de As Burgas que iba a ubicar a los vendedores en un entorno moderno y diáfano.

El inicio del proyecto de mejora del edificio del mercado en febrero de este año, después de 14 años de espera, no incluye tampoco el "rianxo". La actual concejal de Comercio, María Dibuja, ya adelantó que el Concello trabaja en un proyecto anexo, más modesto para que, cuando remate la rehabilitación de la plaza, se haga una mejora integral de todo ese espacio al que van a vender las caseñas.

"Vemos a unos clientes que llegan con mascarillas, otros no ponen ni eso ni guantes y a veces tocan la fruta sin permiso. Espero que les pase a todos el miedo, porque yo tengo la fruta algo más cara, pero "o bo hai que pagalo", castrapea Ibrahim.