Ourense recupera parte de su atractivo. Tras la evolución de los datos sanitarios de la pandemia del coronavirus la provincia entró en la fase 1 por decreto del Gobierno de España. Desde el sábado, algunos hosteleros se apresuraban para poner a punto el servicio de terrazas y las instalaciones interiores para cumplir con las medidas de prevención necesarias y también con lo estipulado: una ocupación máxima de diez personas por mesa o agrupación de mesas, limitándose al cincuenta por ciento el número de mesas permitidas.

Los barrios de la ciudad recuperaron cierto atractivo con sillas y mesas en la calle para reactivar una economía provincial que depende de la hostelería y también del turismo, para eso habrá que esperar. Los cafés encerraban historias de la pandemia y la separación de las mesas invitaba a esperar cuando no había sitio. La expectativa era esa y los ciudadanos de la capital disfrutaron también de su primera cerveza. "Lo que más servimos son cafés y cervezas, se nota que estamos por la mañana y que es primavera", bromeaba un camarero antes de atender una mesa.

Un paseo permite observar que en la ciudad hay terrazas que sí abrieron y otras que no. La Plaza Mayor aparecía partida por la mitad con servicios hosteleros en su parte derecha pero no frente al Concello. En el parque de San Lázaro, no había ninguna dispuesta durante la mañana como tampoco había en la Plaza Santa Eufemia.

No así en Los Vinos que durante el mediodía dividían el suelo para atender a comensales en algunos de los establecimientos.

La sociedad tenía ganas de un desconfinamiento que ya duraba más de dos meses, saliendo a las terrazas, pero también inundando las calles de la ciudad de vida. "Esperemos que esto no provoque un segundo brote, hay que seguir con las medidas de protección y prevención, pero era algo que para nosotros -los hosteleros- era necesario y también para generar economía, si no Ourense sería como Nueva Orleans, una ciudad fantasma", decía un camarero de un establecimiento del centro de la ciudad.