Jugar otra vez con la bici o el patinete; correr, saltar y gritar al aire libre, abandonar un rato el encierro entre cuatro paredes. Todavía con la prohibición de ir a los parques o de reunirse con los amigos; con cautela para tocar lo justo y con mascarillas en muchos casos. La obligada reclusión en casa es más liviana desde ayer, tras seis semanas de confinamiento estricto, para los más de 28.000 menores de 0 a 13 años que residen en la provincia de Ourense y que pueden salir con la compañía de un solo adulto, a un máximo de un kilómetro de casa y durante una hora. El rural permite evitar aglomeraciones y mantener con más facilidad la distancia social.

No todos abandonaron el hogar ayer, pero la imagen de vacío y calles sin niños desapareció en la primera jornada de semilibertad. El grado de responsabilidad y cumplimiento de las restricciones fue mayoritario pese a algunas excepciones. La Policía Local vigiló las zonas de juegos infantiles, que siguen precintadas, además de continuar con sus patrullas por la ciudad. En lugares como el paseo del Barbaña, se registró más afluencia de personas. Aquí y en otras zonas había parejas saliendo juntos con el hijo e incluso adultos corriendo y en bicicleta. Pero los comportamientos individuales cívicos que protegen el bien común fueron mayoría. María, de 13 años, acudió a la Plaza Mayor con su madre, Pilar García. Ya tenía ganas de volver a la calle tras semanas de reclusión, "muchos" deberes y videollamadas para mantener el contacto con los amigos. "Ahora al poder salir será mejor", dice la adolescente. Madre e hija decidieron evitar las zonas donde veían más gente y mantuvieron distancias, evitando tocar.

Nicolás, de 7 años, se preguntaba "cuántos días" llevaba en casa ya. Solo salió una vez por necesidad, para ir al dentista por una urgencia. "Yo en este tiempo, tres días al súper y nada más", completaba ayer su madre, Nuria Costa. Llevan gel para desinfectar las manos cada poco y mascarillas guardadas por si fuera necesario. "Al llegar a casa ahora, a desinfectar todo y a la ducha".

Greta Rodríguez paseó con Marcelo y Lorenzo, de 5 y 3 años. "Estaban emocionados, aunque al pequeño le costó un poquito porque ya se había creado un hábito. Les daba un poco de miedo que los policías nos fueran a multar, están muy concienciados". En el confinamiento "nos costó más sentarlos para hacer los deberes que el hecho de que pasaran el día. Creo que los mayores lo llevamos peor". Son prudentes sin caer en "el pánico." Mantienen la distancia, usan gel y se lavaron las manos al llegar.

Emilia Gómez es enfermera y ayer acompañó a su hijo Antón, de 5 años. Junto a su perro, guardando las distancias y con el gel desinfectante a mano, salieron en A Farixa a respirar un poco de aire y estirar las piernas junto al perro tras el confinamiento. "Tenemos una terraza y un poco de terreno en casa, pero aun así no es lo mismo". Su hijo "se conecta todos los días junto a otros niños y profesores, hacemos los deberes y actividades y jugamos, aunque llega un momento que también se cansa."

José Antonio Guede llevó este domingo a la calle a su hija Emma, de 2 años. "Imagina las ganas tras casi dos meses de encierro", confirma. "En casa se va entreteniendo, pintando, viendo los dibujos o leyendo cuentos. Echa de menos a los abuelos". La pequeña ha interiorizado la necesidad de ser prudente. "Con el gel desinfectamos las manos cada poco. Cuando sube al ascensor me dice: '¡No se puede tocar nada porque está sucio', cuenta el progenitor.

En Barbadás, uno de los municipios con la edad media más joven de Galicia, residen 11.000 vecinos, más de 1.600 con edades de 0 a 13 años. El Concello recomendó que los paseos se organizaran saliendo en horas pares los de los edificios pares, y en las impares el resto. Iago, de 11 años, volvía ayer a la calle junto a su madre, Susana Vilanova, ambos con mascarillas. "Se entretiene bien con los deberes, las lecturas y la Play. La verdad, pensé que lo llevaría peor".

Erika Feijoo paseaba ayer con su niño Thiago en A Valenzá, donde se concentra la mayor parte de la población del municipio. "Ahora al principio estamos tanteando la situación y hemos salido sin juguetes. Él está contento por salir". También en Barbadás, Noa Fernández disfrutó del primer paseo con su hija Sara, de 3 años. "Llevaba unos días nerviosa, desde que se empezó a decir que podrían salir. En el confinamiento en casa, bueno, ha tenido momentos, algún berrinche hemos tenido". Mientras conversa con este periódico, pide a la pequeña que no toque un banco. "¿Dónde está el coronavirus?", pregunta. Ella no acaba de entender del todo qué está pasando", completa la madre.

En varios municipios, como Xinzo, se intensificó la desinfección en las zonas públicas antes de las salidas de los pequeños. En la ciudad de Ourense, donde residen cerca de 11.800 niños y preadolescentes de entre 0 y 13 años, familias como la de Darío Diéguez optaron ayer por aplicar la prudencia en su acción particular. Él acompañó a sus hijas Sofía, de 10 años, y Martina, de 3, ambas con mascarillas, para que se airearan en la plaza de la nueva biblioteca pública. La mayor explica que "al principio tuve un poco de miedo, porque no quiero que ni mi familia ni yo nos contagiemos, pero como había poca gente me tranquilicé y jugué normal". La pequeña, que no es tan consciente de la nueva realidad, corrió y disfrutó junto a su hermana. "Fue una primera toma de contacto, ni siquiera agotamos el tiempo. A la mayor le podía más el temor que la ansiedad por salir. Al principio llevaban mascarillas pero, al ver que no había nadie, se las quitaron para jugar", dice Darío.

En O Carballiño hay 1.400 menores de hasta 13 años empadronados, según la estadística oficial. Beatriz Rúa paseaba antes del mediodía con su hijo Pablo, de solo 10 meses. "Como no sale del carrito no toca nada. Lo noto más relajado", apreciaba la madre. "Durante el confinamiento en casa ha llorado más, quizá por estrés o por estar con las mismas 4 personas las 24 horas". Andrei Baltateanu paseaba con su niña Isabela, de 2 años y medio. Ha encargado una mascarilla para salir con la pequeña a partir de ahora. "Estar en el piso es un agobio para ella, lo lleva mal, porque es muy sociable y le encanta salir e ir al parque".

Ana Fernández, enfermera, acompañó a su hija María, de 10 años de edad. "En casa se está portando muy bien pero ya había ganas de salir". La niña lleva mascarilla porque ha querido ponérsela, aunque su madre incide en que la distancia social y el lavado es clave. "Somos muy estrictos con la higiene y al volver a casa", subraya la sanitaria.

José Florencio sacó a su hijo Teo, de 8 años -en bici-, y su esposa Cristina González a Alicia, de 2 y medio. Fueron por separado para respetar la norma de un solo adulto con un máximo de tres menores. "Estaban muy ilusionados por salir y Alicia lo necesita muchísimo. Hemos intentado que no lo pase mal pero la verdad es que hubo tiempo para todo y sobre todo esta última semana, todo se magnificaba", relata la madre. "Al llegar a casa lavaremos las manos y desinfectaremos bien". Es la nueva rutina.

Erika y Thiago - Madre e hijo - A Valenzá (Barbadás)

"Está contento por salir, ahora al principio estamos tanteando la situación y lo hacemos sin juguetes"

Ana y María (10 años) - Madre e hija - O Carballiño

"En casa se está portando muy bien pero ya había ganas de salir; somos muy estrictas con la higiene"

Sofía (10 años) - Ourense

"Tenía un poco de miedo pero al ver que había poca gente me tranquilicé y jugué normal"

Emilia y Antón (5 años) - Madre e hijo - Ourense

"En casa tenemos una terraza y un poco de terreno pero no es lo mismo que poder salir"

José Antonio y Emma (2 Años) - Padre e hija - O Carballiño

"Desinfectamos las manos cada poco y cuando sube al ascensor dice: '¡Está sucio, no se puede tocar nada!'"

Greta, Marcelo (5) y Lorenzo (3) - Madre e hijos - Ourense

"estaban emocionados pero con algo de miedo de que la Policía nos multara, están concienciados"

Andrei e Isabela (2 años) - Padre e hija - O Carballiño

"Ella ha llevado mal estar en el piso, se agobia, porque es muy sociable y le encanta salir"

Nuria y Nicolás (7) - Madre e hijo - Ourense

"Solo salió una vez para ir al dentista y yo 3 al súper; ahora al llegar a casa, desinfectar todo y a la ducha"

Pilar y María (13 años) - Madre e hija - Ourense

"Fuimos por donde había menos gente, guardaremos las distancias y no tocamos nada"

Beatriz y Pablo (10 meses) - Madre e hijo - O carballiño

"Lo noto más relajado; en casa llora más, quizá por el estrés o estar las 24 horas con las mismas 4 personas"

Noa y Sara (3 años) - Madre e hija - A Valenzá (Barbadás)

"No acaba de entender del todo qué esta pasando pero pregunta: ¿Dónde está el coronavirus?"

Susana e Iago (11 años) - Madre e hijo - A Valenzá (Barbadás)

"Se entretiene bien en casa con deberes, lecturas y la Play; pensé que lo llevaría peor"