El obispo, Leonardo Lemos, indicó ayer durante la vigilia pascual, celebrada en la Catedral de Ourense sin público y retransmitida por la TVG, que "desde hace algunas semanas -llevamos casi un mes confinados-, parece que todo se ha oscurecido. Densas nieblas cubrieron nuestras plazas, calles y ciudades; se fueron apropiando de nuestras vidas, llenándolo todo de un silencio que ensordece y de un vacío desolador que paraliza todo a su paso: se palpa en el aire, se siente en los gestos, lo dicen las miradas. Nos encontramos asustados y perdidos (?), hemos sido sorprendidos por una tormenta inesperada y furiosa. Nos damos cuenta de que estábamos en la misma barca, todos frágiles y desorientados; pero al mismo tiempo, importantes y necesarios, todos llamados a remar juntos, todos necesitados de confortarnos mutuamente (?) descubrimos que no podemos seguir cada uno por su cuenta, sino solo juntos".

El prelado recurrió a las palabras del Papa Francisco para referirse a "la cuarentena obligatoria que estamos viviendo", al indicar: "La tempestad (del Covid-19) desenmascara nuestra vulnerabilidad y deja al descubierto esas falsas y superfluas seguridades con las que construimos nuestras agendas, nuestros proyectos, rutinas y prioridades".