Lina Valladares y su marido, Ángel Domínguez, tienen cuatro hijos "pero la mayor, con 25 años, ya está viviendo independiente aunque me ayudó mucho a sacar adelante a los que están aún en casa y que tienen 13, 10 y 7 años", explica.

Pese a que habitualmente viven y están escolarizados en Ourense, "al saber que venía el confinamiento nos trasladamos a Rodeiro (Lalín) en pleno monte", explica. Reconoce que "a veces hay discusiones entre los tres que parecen a muerte (se ríe) pero con los días se adaptan a la situación y ya no piden salir", afirma esta madre de profesión comercial que sigue teletrabajando en casa.

El tema escolar lo lleva "con una disciplina clara. Más allá de las 10 en esta casa no se levanta nadie. Da igual la hora a la que se hayan acostado, y luego toca hacer deberes". Tienen conexión a internet, ordenadores "pero la tutora dice que una encuesta está mostrando que hay alumnos sin conectividad ni medios en sus casas" .

Lina no se agobia con la noticia de que es posible que vuelvan al cole en septiembre. "Son épocas de salvar la vida. Mejor perder el curso que la vida. De esta experiencia aprenderán valores; ya harán sus carreras" Manualidades, juegos en familia y deporte son sus claves para aliviar el encierro.