La Policía Nacional de Ourense constata que han aumentado las quejas de padres y directores y la preocupación ante la subida de hechos de víctimas y presuntos autores menores de edad por problemas de sexting, publicaciones de imágenes sin consentimiento, ciberacoso o suplantación de identidad. Realidades delictivas cada vez más frecuente por el uso de las nuevas tecnologías desde edades tempranas. Con el objetivo de prevenir que niños y adolescentes sean víctimas o cometan ellos mismos este tipo de hechos, las agentes de Participación Ciudadana -la subinspectora Teresa Ramos y la oficial Lorena Peláez- acuden con regularidad a los centros educativos de la ciudad, en compañía en ocasiones del jefe de Seguridad Ciudadana, Juan Manuel Barbero. En lo que va de curso académico 2019-2020, han impartido un total de 119 charlas en 37 colegios e institutos de Ourense, con alumnos desde quinto de Primaria hasta Bachillerato y Formación Profesional.

"Es fundamental concienciar a los padres de que no entreguen un móvil a sus hijos tan pronto", subraya la subinspectora Ramos. Las visitas de la Policía Nacional a los centros educativos tiene por objetivo "la prevención y la detección de hechos que puedan haber ocurrido, como por ejemplo acoso escolar o violencia de género, actuando como mediadores. Las charlas también van enfocadas a la captación de información como primer paso operativo para los grupos correspondientes" de la Policía Nacional, añade la responsable del área de Participación Ciudadana.

La prevención contra el mal uso del móvil, internet y los redes sociales, ámbito en el que la comisaría de Ourense se muestra preocupada por el incremento de hechos entre menores de edad, los consejos de la Policía "van dirigidos a los padres, para que hagan entrega del móvil a una edad adecuada, y no que el teléfono sea el regalo que más se hace por las comuniones, cuando los hijos tienen 8 y 9 años", remarca Teresa Ramos.

Un control "más exhaustivo"

La Policía insta a los progenitores a "que tengan un control más exhaustivo y que atienda a las limitaciones y prohibiciones de uso, puesto que existen por algo". Las agentes recomiendan como una buena solución que entre padres e hijos se lleve a cabo una especie de contrato con la entrega del terminal, "en el que figuren las horas de uso y el tipo de contenidos. Además es necesario llevar a cabo un control parental, tanto físico como por medio de aplicaciones que existen al efecto", explica Ramos.

La comisaría hace hincapié en que "las aplicaciones tienen una edad de uso y hoy en día cualquier niño de 10 años juega con el Fornite, pese a que no es adecuado a determinadas edades, en cuanto a contenidos y lo que implica como adicción". Las agentes ven fundamental "que padres e hijos compartan tiempo en el uso de internet. Los padres saben de los riesgos y los hijos conocen mejor el uso de la tecnología, pero no las consecuencias del mal uso. Entre ambos se puede realizar un aprendizaje conjunto, estableciendo además lazos familiares que ayudan a nuestros menores a tener más confianza en sus padres si se encuentran con algún problema mayor".

Añade Teresa Ramos que "como siempre decimos, a nosotros nos falta tiempo pero a nuestros niños les sobra, por lo que su curiosidad les hará que entren en lo desconocido. Los padres deben tener control sobre aquello en lo que entran sus hijos y cuidar también de que cuando salgan no dejen rastro, ya que una red social es una puerta abierta al mundo, pero en la que todos nos ven y solo vemos lo que los demás nos dejan ver".