La cúpula de Mediaset España, con su consejero delegado Paolo Vasile o el director general de contenidos del grupo, el gallego Manuel Villanueva, desembarcó anoche en Ourense para pasar el fin de semana en la provincia, "siguiendo el aroma de las castañas", como señaló Ana Rosa Quintana, la "reina de las mañanas" de Telecinco, la cadena estrella de Vasile. La conocida presentadora inauguró el Foro de la Castaña que tuvo lugar a última hora de la tarde en Afundación en Ourense.
"Sí claro, vengo vestida de rojo, para celebrar el Día de San Valentín, me acompaña también mi marido, pues vamos a pasar todo el fin de semana en Ourense, una provincia que nos encanta, aunque a ver cómo, porque vengo con muchos amigos", bromeó antes del inicio de una conferencia, en la que fue recibida con un sonoro '¡guapa!', que salió de entre un público mayoritariamente femenino , que le sigue en las mañanas por televisión.
Confesó que veía como una temeridad venir a hablar de castañas, en tierra de castaños. "Tengo una finca llena de robles, propios de esa zona, y los cambiaría por castaños. Creo que la castaña es un privilegio, y cada zona" en este caso Ourense, "debe apostar por lo que le hace fuerte", indicó , "como hace en este caso Cuevas, la empresa que me invita, exportando ya al mundo su marrón glacé hecho desde Ourense".
En un discurso lleno de connotaciones a su infancia, se describió como una de esas "niñas de los años 60" que nació también cerca de un río, no del Miño sino del madrileño río Manzanares "en unos años de inviernos más fríos, tal vez porque vivíamos en casas sin calefacción y el olor a castañas asadas me trae el recuerdo de locomotora parada de las castañeras, esa que aparecía una vez que cruzabas el puente helado que atravesaba el río y te encontrabas esa castañera arrugadita, con toquilla y mitones, que servía el producto en cucuruchos de papel", señaló con lo que uno se calentaba las manos.
Una historia la de la comunicadora, fácilmente extrapolable a la de cualquier niña pontina que cruzaba el Miño a pie cada invierno en el Ourense de los años 60 y se encontraba al castañero con la locomotora al llegar a la otra orilla.
Próxima con el público, al que tuteó, consciente de que lo tiene desde hace varios lustros en el bolsillo. como líder de audiencia, reconoció que Ourense y Galicia eran para ella y su marido, un lugar habitual para disfrutar. "Venimos muchas veces al año, el único lugar tal vez al que voy más veces que a Galicia es a Telecinco", bromeó haciendo uso -y estas son cosas que se pegan cuando una crece atravesando puentes sobre un río- de una variedad de retranca que, en un madrileño, se llama humor castizo.
Reconoció que en Ourense "somos recibidos con mucho cariño y de hecho ya estuvimos en sitios especiales como ese monasterio convertido en parador", indicó en relación al hotel del Mosteiro de Santo Estevo de Ribas de Sil. No es la primera vez que se deja ver por Ourense en compañía de Paolo Vasile, "un romano que se declara ya mitad romano mitad gallego", enfatizó Quintana.
Al fin el mejor lujo, según subrayó Manuel Villanueva en la introducción previa a la conferencia a de la comunicadora, no es ser amigo de la periodista famosa, sino que el lujo es "estar en la nómina personal de amigos de una persona que valora tanto la amistad". Según Quintana, esa sería parte de la clave del incombustible éxito de su programa: "No solo trabajo con buenos profesionales, sino que somos amigos desde hace muchos años y nos queremos", señaló.
