Las fuertes rachas de viento provocaron daños importantes en infraestructuras educativas. En el IES Castro de Baronceli la cubierta se desprendió de la estructura y cayó a unos metros del edificio afectando a las viviendas colindantes. Las chapas fueron retiradas por voluntarios de Protección Civil y las clases quedaron suspendidas, anticipando las vacaciones de Navidad.

La Consellería de Educación activará un procedimiento de urgencia para reparar los desperfectos antes de que se reinicien las clases después de la festividad de Reyes. De forma temporal cubrirá el inmueble con una lona ya que el agua entra en el edificio inundando aulas y pasillos.

La caída de árboles hizo estragos también en la Escola de Artes Antonio Faílde y el entorno de la Universidad Laboral, donde el viento arrancó de raíz algunos ejemplares, otros quedaron partidos por la mitad y las ramas llegaron a meterse en el interior rompiendo ventanas. Uno de los árboles cayó sobre el tejado.

También volaron claraboyas de varios edificios y se desplazaron y cayeron tejas y contenedores.

El departamento de Medio Ambiente de la capital contabilizó 37 árboles caídos en 26 localizaciones de la ciudad. La combinación de la fuerza del viento, el peso de la agua en las hojas y la escasa capacidad del suelo de filtrar más agua, señalan desde la concejalía, provoca que las coníferas y las frondosas de hoja perenne sean más vulnerables a las caídas.

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