Todavía dura el esfuerzo hecho en la inauguración. "Estamos todavía en estado de 'shock", dice Puri Salgado. El "Rey del Jamón" vuelve a lucir corona. Ese alhaja gastronómica a la que llamaron "un completo" tras ver a la gente que pasaba con el menú del McDonalds.

Moncho Estévez y Puri Salgado respiran tras una inauguración agotadora, con un descanso activo. Ya están preparando los productos del día siguiente. Exhaustos, en su nueva ubicación se respira ilusión después de más de casi dos años de inactividad.

Tenían la previsión de que a la inauguración irían amigos, familiares y conocidos, pero no que a las 20.30, hora de la convocatoria, habría gente haciendo cola en la puerta. "Abrimos la puerta y fue una avalancha", dice Puri. Moncho lo corrobora: "Dejamos pasar a los familiares para una mesa que teníamos reservada al fondo y ya empezó a entrar gente y fue un no parar". Saludó a gente, pero no se acuerda de la presencia de todos. Y añade: "Es mucha gente para acordarse de todos, pero fue una sorpresa. Teníamos más de 100 vasos y tuvimos que reponerlos porque no quedaban, así que un centenar de personas vinieron seguro".

Sonrisas que hacían tiempo que no veían, saludos inconformistas por el trabajo momentáneo y un rejuvenecido concepto, pero con la esencia de siempre. Con la génesis de un negocio de más de 60 años, sirviendo un 'petisco' con tres identidades (tortilla, panceta y croqueta), y con unas espumaderas enmarcadas que acompañan a un delantal como huellas imborrables del Rey del Jamón. Puri admite que "tanto tiempo parada ya no me acuerdo de hacer croquetas". Se ríe y saca dos croquetas para degustar, no ha perdido la mano, aunque "me tengo que adaptar a la cocina, porque no es a gas como las de antes". Moncho ejemplifica que "claro, ahora como es placa tienes que remover y se mueve la olla". Precisamente la olla de porcelana que tenía donde hacía la masa de las croquetas "se agrietó". No cambian los utensilios de uso: "Estos tenedores llevan con nosotros una eternidad, son perfectos para moldear la masa". Vuelven a abrir el negocio tras cerrar la persiana del sitio de la calle Lepanto el 10 de septiembre de 2017. Puri recuerda la fecha y añade: "Justamente ahora lo abrimos un 10 de diciembre".

Moncho hace de guía por el establecimiento con breves explicaciones sobre la nueva decoración y recuerda los tradicionales problemas de una obra. Chapuzas que remediar, problemas con los plazos y la falta de ética y de integridad de algunos trabajadores a la hora de abordar un proyecto: "Nos costó, tuvimos muchos problemas, pero aquí estamos con ganas y siguiendo con la misma carta de siempre". Si algo funciona, no hay que cambiarlo. Aunque en la nueva carta del Rey del Jamón habrá alguna novedad.

Falta por pulir algunos detalles, como el letrero o las pizarras con la oferta gastronómica, pero el primer completo ya se sirvió ayer y la comanda verbal de Moncho volvió a la normalidad de antes.

Se adaptaron al presupuesto, a la normativa de ruidos y a las disposiciones de accesibilidad para todas las personas instalando un elevador para personas en silla de ruedas: "Pensamos en todo". En lo que piensa Moncho es que "aquí estaremos, por lo menos 10 años más".