Las cifras de la natalidad siguen adelgazando en Ourense, una provincia que lleva años viendo como se cierran colegios en el rural (y ahora hasta el paritorio del hospital comarcal de Verín) y se abren tanatorios. Los datos estadísticos son el vivo reflejo de esta realidad: por cada niño nacido este año en la provincia se celebran 3,5 entierros. Del total de 92 ayuntamientos, solo en uno, Barbadás, hay más nacimientos que defunciones y en nueve no nació ningún niño el año pasado. Si se echa la vista atrás para comparar, en poco más de cuatro décadas los nacimientos han caído un 68% en el conjunto de la provincia.

El Instituto Nacional de Estadística, INE, difundió ayer los datos de nacimientos en el primer semestre del año en curso que ratifican que el declive demográfico sigue avanzando sin freno. Entre enero y junio de 2019 nacieron 707 bebés en Ourense, lo que supone una caída del 5% respecto al ejercicio anterior, en el que se registraron 744. Esto arroja una media de 3,9 nacimientos al día, una cifra muy alejada de los casi 13 que se producían hace más de cuatro décadas. En 1975, según datos del INE, nacieron 4.706 niños en Ourense. Tomando este dato como referencia, en 2019 la natalidad ha caído un 68%.

Uno de los datos relevantes que arroja el informe sobre los nacimientos en el primer semestre del año revela una importante concentración de la población en la capital provincial en detrimento del rural y las villas. En el 43% de los nacimientos registrados, un total de 307, la residencia de la madre está en la ciudad, mientras que el rural se reparte los 400 alumbramientos restantes.

Atendiendo a los datos por ayuntamientos, las cifras de 2018 acreditan esta tendencia. El concello de Barbadás, limítrofe con la capital, con 84 nacimientos frente a 79 fallecimientos el pasado año, es el único en toda la provincia que presenta un saldo vegetativo positivo, es decir, registra más nacimientos que muertes.

En el otro extremo están los municipios que vieron pasar el año completo sin celebrar un solo nacimiento. Esto ocurrió en 2018 en nueve ayuntamientos según los datos recogidos por el Instituto Galego de Estatística: Beariz, Calvos de Randín, Sarreaus, Parada de Sil, Pontedeva, Chandrexa de Queixa, San Xoán de Río, O Bolo y Larouco.

También es relevante el poco peso demográfico que tiene Ourense en el conjunto de Galicia, donde sólo se registraron el 9% de los nacimientos contabilizados en toda la comunidad en el primer semestre de este año.

Una de las claves para evitar el despoblamiento es mantener recursos y servicios en el rural. La atención a menores para facilitar la conciliación es fundamental pero todavía hay concellos en los que no existe ningún recurso de guardería. La Xunta aprobará hoy una convocatoria para subvencionar la creación de casas nido en los concellos que carecen de servicios de atención a menores de 3 años. En le caso de Ourense son Chandrexa de Queixa, Gomesende, Lobeira, A Mezquita, Padrenda, Parada de Sil, Pontedeva, Quintela de Leirado, Rubiá, San Xoán de Río, A Teixeira y Verea.

Defunciones

Frente a la caída constante de las cifras de nacimientos, el número de defunciones sigue creciendo en Ourense, una de las provincias más envejecidas de España. La edad media de su población alcanza los 50,67 años, sólo superada, pero con una diferencia mínima, por Zamora (50,69).

Durante el primer semestre de este año fallecieron en Ourense 2.430 personas, un 2,5% más que en un semestre del año anterior, lo que supone una media de 13,5 muertes cada día entre enero y junio de este año.