Los niveles elevados de arsénico en el agua de la traída en el Concello de Castrelo de Miño siguen estando presentes por lo que se instalarán unos filtros pero de forma provisional hasta que se corrija este problema. Serán cedidos por la Diputación de Ourense.

Desde principios de octubre cuando la Consellería de Sanidad detectó la presencia de arsénico en el agua de la traída de varios pueblos del municipio, los vecinos están alertados de que no es apta para el consumo ni cocinar, por lo que están recurriendo a pozos privados y a garrafas de agua que les proporciona el ayuntamiento.

La solución para por poner unos filtros a la depuradora que son muy costosos por lo que mediante un convenio con la Diputación en el que consta que son propiedad de ésta se cede su uso y mantenimiento al Concello. No obstante, según el alcalde, Esteban Suárez, aún se instalarán en un par de meses por lo que mientras tanto se seguirá entregando agua embotellada a los vecinos afectados. Señala que el índice de arsénico ya bajó pero no lo suficiente.