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Los riesgos del mal uso de la tecnología

La Policía pide a los padres control del móvil y redes de hijos menores ante el alza de delitos

En toda España aumentaron un 42% las denuncias por delitos sexuales en los últimos siete años -En Ourense el acoso, la suplantación de identidad y las estafas van a más

El jefe de Seguridad Ciudadana, José Manuel Barbero, con la oficial Lorena Peláez (i.) y la subinspectora Teresa Ramos, en el IES O Couto. // Iñaki Osorio

La permisividad de los padres con el uso del móvil, internet y las redes sociales por parte de sus hijos menores aumenta el riesgo de que puedan ser víctimas de delitos cibernéticos. En Ourense, la suplantación de identidad, el bullying -acoso- y las estafas van a más, aunque las autoridades, que no facilitan números, intentan que no lleguen a una denuncia interviniendo antes, para evitar un trance a los menores con un proceso judicial. En toda España se incrementaron un 42% las denuncias por delitos sexuales desde el año 2012, pero hay más hechos que no se comunican. "Es una problemática que cada vez crece más. Muchos padres no se dan cuenta de que puede ser más peligroso estar con el móvil solo entre cuatro paredes que en un parque", incide la subinspectora Teresa Ramos, delegada de Participación Ciudadana de la comisaría provincial.

La Policía Nacional de Ourense ha aprovechado las reuniones con los padres en el inicio de curso para acudir a los centros y concienciar a progenitores y docentes sobre los riesgos de un mal uso o un abuso de la tecnología por parte de los adolescentes, haciendo hincapié en la necesidad de "un ejercicio de responsabilidad al hacer entrega de un teléfono con internet a edades tan tempranas".

Las autoridades aconsejan que los progenitores restrinjan o controlen el acceso de sus hijos para minimizar el peligro. El inspector jefe de Seguridad Ciudadana, José Manuel Barbero, la subinspectora Ramos y la oficial Lorena Peláez -adscrita también a Participación Ciudadana- acudieron ayer al IES de O Couto. Fue la última intervención de una serie de charlas que, en las últimas semanas, desde mediados del mes de septiembre, la comisaría ha llevado a cabo en varios de centros de secundaria, en los que estudian adolescentes a partir de los 12 años. El mensaje policial ha llegado a unos 2.000 progenitores y 300 docentes en el inicio de curso.

"Muchos padres están relajados con respecto este problema y no toman las medidas adecuadas porque no creen que vayan a ser sus hijos los que sean víctimas de un hecho", advierte la subinspectora. La experiencia de 9 años impartiendo charlas informativas y preventivas en los centros ha servido a la comisaría de Ourense para detectar que el momento idóneo para dirigirse a un auditorio amplio es en las reuniones la presentación del curso en los centros.

La edad media para tener cuenta en determinadas aplicaciones sociales no impide que haya adolescentes menores que estén presentes en ese mundo virtual, donde el delincuente sabe enmascararse y el esclarecimiento de los delitos es más complicado. "Una red social es una puerta abierta al mundo, en la que todos nos ven y nosotros solo vemos lo que los demás nos dejan o quieren. Lo que decimos a los padres es que una vez que se da un consentimiento a los hijos para que hagan uso, que haya un control de los contenidos y de sus accesos, que sepan dónde y cómo pasan sus hijos el tiempo", dice Ramos.

La Policía advierte de los riesgos para los menores de un videojuego que se ha popularizado a nivel mundial, como es el 'Fortnite'. "Es peligroso su uso sin control por parte de los padres porque está creando una gran adicción. Hemos tenido casos en Galicia en los que un niño ha llegado a gastar 3.000 euros en el juego", señala la agente.

En Ourense, la mayoría de los casos en los que el mal uso de la tecnología expone a los menores "no llegan a ser denunciados porque se resuelven antes. Participación Ciudadana y el fiscal José Manuel Ucha dan la máxima importancia a la protección del menor. Si todo generara al momento una denuncia conllevaría un trámite que tanto a la víctima como al autor, si también es menor, podría suponerles un trama. Se intenta que, en el momento en el que ocurre algo, el profesorado lo comunique para que podamos resolverlo antes", dice Ramos.

Algunos de los hechos que parecen estafas de terceros resultan en muchas ocasiones ser compras electrónicas o suscripciones efectuadas por los propios menores, utilizando la tarjeta de los progenitores.

"Los niños se lo toman en serio y se asustan, porque las charlas son serias. En el momento en que llegan se lo comentan a los padres pero si les dejan actuar igual, se relajan. Su obligación es pedir las cosas y son los padres quienes tienen que restringir o controlar. No se puede esperar del colegio que eduque en exclusiva. Damos una información que debe estar apoyada por los padres", resume la experta. "Son ellos los que deben poner las medidas, son responsables de intentar evitar que los hijos no sean víctimas. Los menores no están capacitados para un control que es necesario. Son los padres los que tienen que poner los límites. Es importante que vean la realidad de la herramienta tan peligrosa que depositan en las manos de sus hijos, el móvil".

La comunidad educativa -destaca- "está muy concienciada" con este problema social del siglo XXI. "La preocupación del profesorado se materializa en la cantidad de charlas que nos solicitan. A día de hoy tenemos ocupados todos los días hasta mayo".

La iniciativa con los padres en las reuniones de inicios de curso, que la comisaría califica de "pionera", forma parte del "plan director para la convivencia y mejora de la seguridad en los centros educativos y sus entornos", aprobado por la Secretaría de Estado de Seguridad en 2007. Durante todo el curso, la Policía conciencia sobre estos riesgos tecnológicos y, además, sobre acoso escolar, drogas y alcohol, bandas violentas, racismo e intolerancia, violencia sobre la mujer o discriminación. Asimismo, los agentes refuerzan la vigilancia policial en las inmediaciones de todos los centros escolares de la ciudad para combatir y prevenir el tráfico, el consumo y la tenencia de drogas, así como todo tipo de conductas violentas.

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