Las Siervas de María descansaban durante el día y, al llegar la noche, cuando la gran mayoría de la ciudad dormía, arrastraban sus maletas de ruedas de camino al hospital o a cualquier lugar en el que pudieran atender a enfermos sin familiares para cuidarlos. Una de esas religiosas solidarias que dieron lo mejor de sí para los demás, dejando huella en Ourense, fue Sor Antonia Guerra Pinho. Un criminal acabó con su vida el pasado 8 de septiembre en San Joao de Madeira, una localidad portuguesa del distrito de Aveiro, donde la mujer se encontraba para encargarse de su madre de edad anciana. Fue violada y estrangulada, en un crimen terrible que conmocionó al país vecino y también a Ourense. El lunes, el obispo de la Diócesis, Leonardo Lemos, oficia una eucaristía en la iglesia de Cristo Rey para honrar la figura de esta religiosa víctima del machismo. Tenía 61 años.

La monja, que ingresó en la congregación de las Siervas de María hace dos décadas, acudía a misa cuando se encontró con un hombre de 44 años vagando por la calle, al que se ofreció a llevar a su domicilio. Sor Antonio había estudiado Medicina en España y era conocida en Aveiro, donde era frecuente verla, con su hábito, circulando en moto. La "monja radical", la conocían en la zona por esa afición a las dos ruedas.

El hombre insistió en invitarla a tomar un café en su casa como supuesta señal de agradecimiento, la religiosa accedió y una vez dentro le propuso mantener relaciones. La monja dijo que no. Ante su negativa, el asesino la estranguló mortalmente y la violó. Según la Policía, lo hizo con la víctima ya cadáver. Fue detenido horas después y confesó todo.

El peligroso delincuente cuenta con antecedentes por delitos sexuales, tráfico de drogas o secuestro. Estaba en busca y captura cuando cometió el crimen de la religiosa, con una orden dictada solo días antes. Hace pocos meses que salió de prisión por dos violaciones y ya había intentado atacar sexualmente a otras mujeres, lo que ha provocado sonoras críticas al sistema policial y judicial en Portugal, incluido por parte del obispo de Oporto.

En una reciente entrevista publicada el 5 de septiembre por el diario O Regional, Sor Antonia habló sobre su vocación y declaró que nunca se ha arrepentido de su elección porque "siempre supo lo que quería. Nunca lo dudé. Siempre reconocí en mí el deseo de ayudar a las personas enfermas. Solo sabía que quería ser monja y que sería para siempre". El funeral de la religiosa se celebró el pasado 11 de septiembre en San Joao de Madeira, y mañana, a las 19.30 horas, la Diócesis de Ourense le rendirá homenaje en una eucaristía en la iglesia de Cristo Rey, presidida por el obispo para pedir su descanso.