José Luis F. , acusado por apropiación indebida de capital de varios clientes cuando fue empleado en una sucursal bancaria, inició el juicio contestando solo a las preguntas de su letrado: "Tenía presiones de mis jefes de cumplir ciertos objetivos. No vendí nunca productos falsos. Nunca me apropié de dinero de otros".

Este empleado de una sucursal bancaria en Entrimo, durante los años 1998 y 2015, se sienta en el banquillo de la Audiencia Provincial de Ourense por un supuesto delito de apropiación indebida, por el que le piden cuatro años de prisión, y otros dos por un delito de falsedad documental. Además, el Ministerio Fiscal solicita el pago de 1.494.249 euros a la entidad bancaria, que corresponde con el dinero restituido a los afectados por parte de la entidad. Así mismo, también se reclama el pago de la cantidad de 31.700 euros a uno de los clientes, que no fueron restituidos.

En total, por el estrado pasaron un total de diez clientes, más una representación que englobaba a tres usuarios de dicha entidad bancaria. Todos ellos expusieron la "confianza" con la que trataban sus actuaciones con el acusado.

R.G. fue uno de los primeros que se dio cuenta de la situación según admiten dos empleados de la entidad bancaria. Dicho hombre hizo una reclamación bancaria el 29 de septiembre de 2015 porque "eu tiña unhas cantidades y José Luis decíame outras".

El testigo afirmó como muchos que el acusado era con el único que gestionaba sus cuentas en su despacho privado. "Eu non lle din permiso para que fixera cambios nas contas nin nada". Otro de los testigos describía como el acusado hacía las actualizaciones de la cuenta corriente en libretas de ahorro que elaboraba en "máquinas de escribir", consiguiendo de esta forma "la confianza de los clientes" y, según refleja el escrito, ocasionando perjuicios cercano a 1,5 millones de euros.

Los testigos explicaron que el acusado era "con el único" que trataban y, durante la vista oral, reconocieron haber firmado algún "boleto" después de haber realizado ingresos de dinero en la entidad.

El escrito de la acusación, dice que "guiado por el propósito de procurarse con beneficio económico y aprovechando la confianza de los clientes se adueñó de fondos sin "el consentimiento ni la autorización de estos". Además la acusación explica que "se apoderaba de cantidades que le entregaban en efectivo".

Para hoy se esperan las pruebas periciales y la posterior lectura de las conclusiones.