Los arqueólogos dividieron la zona en la que supuestamente fueron enterradas, a la izquierda de la entrada de la iglesia, en tres partes. El lunes completaron la excavación de la primera, mientras que ayer trabajaron en la segunda, que no han podido concluir por ser muy profunda. Hoy completarán la segunda zona y también excavarán en la tercera, explica el vicepresidente de la ARMH, Marco González.
La ARMH reconoce que va a ser muy difícil encontrar los restos mortales de María del Valle Lozano y de Salud Torres Díaz, por tratarse de un cementerio muy pequeño, en el que se continuaron haciendo enterramientos, juntando en ocasiones restos óseos de varias personas en una misma fosa.
Berta, una vecina de Mosteiro de Ribeira que tiene en la actualidad 96 años -tenía 11 años el día que las encontraron muertas-, todavía recuerda como trasladaron los cuerpos de las dos mujeres en un carro tirado por una mula, mientras los niños las seguían a poca distancia, para enterrarlas en la parte izquierda de la puerta de entrada de la iglesia. Y mantiene muy viva en la memoria que los vecinos se apiadaron de ellas, al proteger sus cuerpos con paja, en el fondo de la fosa, para que no golpearan los cuerpos la tierra y piedras que utilizaron para recubrirlas, al no disponer de féretros.