La despoblación del rural ya no es solo de sus habitantes sino también de otros seres vivos como se viene apreciando en los últimos años con gran asombro, como las frecuentes visitas en las villas y otras urbes más grandes de los jabalíes, y ahora también de abejas y avispas. Y como entre estas últimas están las temidas velutinas, ayer en la villa de O Carballiño hubo quienes se alarmaron un poco ante más un millar de estos insectos que se quisieron adueñar de un vehículo estacionado en la rúa Argentina.

Sobre las 13.30 horas dos vecinos de esa calle dieron la voz de alarma a Protección Civil y al 112 ante la presencia de más de un millar de abejas, ya que afortunadamente no resultaron ser avispas velutinas. Eligieron un vehículo estacionado para asentarse en un lateral exterior de su parte trasera.

Al poco tiempo llegó la Policía Local y un experto, un apicultor voluntario de entre varios con que cuenta Protección Civil de O Carballiño para cuando aparecen abejas en lugares no apropiados. Desde la agrupación explican que se les llama y acude el que en ese momento no está trabajando, y se lleva las abejas a una colmena de su propiedad. Es algo que ocurre pocas veces, unas dos al año, en muros de casas y fachadas, pero en un coche "es la primera vez".

Y según explica el apicultor que las retiró, la abeja reina busca al azar un sitio y se posa ahí y el resto del séquito la sigue y hace lo mismo. Dice son abejas autóctonas, y el nido puede estar a tres kilómetros y al llegar primavera, "salen y es la forma que tienen para parir". Aparecen en cualquier lugar pero a diferencia de las avispas velutinas, las abejas "producen miel y las otras picotazos y disgustos".

Vecinos y transeúntes de la calle Argentina miraban a distancia el hecho por miedo a un picotazo.