Ourense entró de lleno ayer en el programa sacro de la Semana Santa. No el que llena hoteles y restaurantes en los últimos años, sino el que conmemora el cristianismo, y que ayer celebró en la catedral, en pleno Jueves Santo, uno de sus más curiosos pasajes: el Lavatorio de Pies. El obispo de Ourense, Leonardo Lemos, rememoró ese gesto de humildad y entrega a su pueblo, que es el significado que se da a lo que hizo Jesucristo cuando, antes de la Última Cena, lavó los pies a sus 12 apóstoles, algo que en las viviendas de la época era una función que estaba reservada a esclavos o criados.

Pero ayer esas doce personas ante las que se arrodilló el obispo siguiendo el ritual cristiano en el altar mayor de la catedral eran en realidad doce fieles, la mayoría miembros del colectivo de Adoración Nocturna, entre ellos en esta ocasión un niño.

"No hablar mal de los demás"

Pero antes de este ritual, previo a los tres apartados de la Semana Santa que son la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo, siempre según el rito cristiano el obispo dedicó unas palabras a los fieles allí presentes, durante una misa de Jueves Santo y homilía en la que estuvo acompañado por parte del clero diocesano. El obispo hizo hincapié precisamente en la necesidad, siguiendo los consejos del Papa Francisco, de "cuidar los detalles" y no pasar el tiempo hablando mal de los demás sino en "postrarnos ante esos sagrarios abandonados", indicó en relación a los lugares de culto que han quedado en algún caso sin uso por falta de clero.

Pidió también una "oración" por las vocaciones, pues para poder mantener "un don" como el de la Eucaristía indicó, este tiene que ir necesariamente acompañado por el del sacerdocio "el uno no se puede dar sin el otro", señaló, "pues ambos van de la mano".

En este sentido hizo referencia a la llamada que había recibido de "un fiel cristiano que consiguió mi teléfono y me llamó desde Portugal para lamentar que en su parroquia no había sacerdote para poder oficiar estos días".

Por eso, el obispo pidió "una plegaria por las vocaciones" y también una plegaria "por Cáritas" en referencia a la institución de la Iglesia que funciona cada día como una auténtica organización no gubernamental de ayuda a los necesitados, en los más variados ámbitos, desde la alimentación a través del hogar social, a la acogida, la formación y la integración social a la laboral "Cáritas es símbolo de la caridad que debe ejercer un buen cristiano", señaló.