La procesión partió a las 20 horas de la praza Maior, para proseguir la marcha por las calles Lamas Carvajal, Paseo, Parque de San Lázaro, Santo Domingo, Lepanto, Xoán de Austria, praza de Santa Eufemia, Lamas Carvajal de nuevo y remate en la praza Maior, donde se realizó una hoguera que convirtió en cenizas a la sardina. El cortejo fúnebre estuvo amenizado por la charanga Nova Terra de Trives.

La concejal de Cultura, Belén Iglesias, considera que el aplazamiento, que coincidió con la medida adoptada en otras localidades de la provincia, "fue un acierto", porque el miércoles "estuvo lloviendo todo el día, hasta la media noche". Además de destacar que "un sábado invita a la participación de un mayor número de gente que si se tratara de una jornada laboral.

Bajo carpa

Recuerda que Ourense ha tenido la suerte de poder celebrar el desfile sin la presencia de agua, que arruinó otros desfiles de la provincia. En la ciudad, sólo afectó a la entrega de premios, que se realizó en la praza Maior, bajo carpa, por lo que se minimizaron los daños.

Un aspecto fundamental de esta edición ha sido la satisfacción mostrada por los hosteleros del casco histórico de la ciudad, por el volumen de trabajo que han tenido durante el Entroido, que "se ha convertido en un reclamo turístico para Ourense", al reforzarse la programación con actuaciones de orquestas durante los seis días, además de ampliar los días del carnaval con el Xoves de Comadres -Iglesias apuesta por convertirlo en un referente de estas fiestas en la ciudad-, el pregón de Touriñán y la actuación de la orquesta América, en la jornada de apertura.

El Entroido de Ourense se ha consolidado como el más multitudinario de la provincia, por lo que ahora se marca como meta la necesidad de reforzar su entidad propia, con la procesión de Frei Canedo, en la que se vuelca todo el barrio de A Ponte -fue un Concello independiente del de la capital-, A Pita de As Eiroás y Paquita y Nicanor de Seixalbo.

Lo más destacable del Entroido ourensano fue el tradicional desfile, las actividades infantiles, que contaron con una gran afluencia de público, y las noches del sábado y del lunes, en las que se encontraban abarrotadas las calles de la ciudad.