Jugar al póquer o a la ruleta desde el sofá o la cama, en pijama, con el dedo sobre la pantalla del móvil o haciendo clic en el ordenador, tirando de los fondos de la tarjeta. Apostar a múltiples variables de cualquier evento deportivo, en tiempo real. Con la ubicuidad de la red y la proliferación de los anuncios antes de las retransmisiones deportivas, o insertados como promociones de los espacios informativos, también se multiplica el riesgos de una adicción. Entre el 30 y el 40% de los pacientes atendidos en la provincia por una ludopatía están enganchados al juego o a las apuestas por internet. "Es un problema que va claramente en aumento y que empezamos a detectar hace dos o tres años", dice el médico psiquiatra Gerardo Flórez, responsable de la Unidad de Conductas Adictivas (UCA) del Complexo Hospitalario Universitario de Ourense (CHUO). "Uno lamenta ser agorero, pero creo que como sociedad vamos a pagar caro la tolerancia a la publicidad agresiva", advierte.

Existe un código de conducta impulsado por la Dirección General de Ordenación del Juego, que aboga por el uso responsable y la advertencia de la prohibición de acceso a menores. Hasta los 18 años no están permitidos los juegos de azar, pero entre 2016 y 2017 aumentó un 33% la cifra de los adolescentes que accedieron a juegos en línea, y casi el 10% de la población menor de Galicia admite que ha empleado esa modalidad en alguna ocasión. El bombardeo de anuncios, algunos con la presencia de personalidades del mundo del deporte u otros ámbitos que son un referente para jóvenes, es incongruente con el efecto constatado en el consumo de la promoción de sustancias legales con un poder adictivo. "Conocemos la relación directa que existe entre la publicidad agresiva del alcohol y el tabaco y su consumo. Por eso las políticas han tendido precisamente a restringirla. Resulta muy chocante que sabiendo ese impacto en el caso del alcohol y del tabaco, cometamos el mismo error como sociedad con el juego y las apuestas online".

Deudas, ansiedad o insomnio

La UCA trata al año en torno a 40 o 50 pacientes por ludopatía, de un total aproximado de medio millar de pacientes adictos (el principal grupo es el de personas enganchadas a la bebida; el siguiente, a la cocaína y el cannabis; el tercero, al tabaco). De entre los ludópatas, ya hay más de un tercio de pacientes con problemas con el juego online. El perfil es el de un varón joven, con edades comprendidas entre los 20 y 40 años -también hay casos de adolescentes de 16 a 18-, que llega a la consulta especializada en una situación, a veces, desesperada. Hay quienes arrastran deudas "de 6.000, 8.000 o más de 10.000 euros", atrapados por créditos al consumo con un interés altísimo. En ocasiones, la adicción está ligada a más problemas como ansiedad, depresión o insomnio.

El tratamiento es individual y la progresión, por lo tanto, depende de cada paciente. Se trata de una intervención psicoterapéutica -solo se pautan fármacos si existe depresión, ansiedad o problemas de alcohol- basada un control externo para cortar el juego, una fase en la que son claves la familia y las personas del entorno, más un control interno posterior, en el que se abordan aspectos conductuales y cognitivos. "Es necesaria una motivación para que la persona comprenda el problema que tiene y se deje auxiliar por quienes la rodean, para que ese control externo pase a ser interno con apoyo psicoterapéutico. Inicialmente sí hace falta una vigilancia importante para que se mantenga alejada".

El tratamiento puede prolongarse de dos a cinco años porque sí, el riesgo de una recaída es elevado, especialmente en los primeros meses. "Es un fenómeno adictivo que implica un aprendizaje emocional que persiste, y la accesibilidad es muy alta. Puede haber un perfil de estos pacientes en los que también esté presente el consumo de sustancias o el uso abusivo de internet, no solo para jugar o apostar", explica Flórez.

Las manifestaciones de la ludopatía a través de internet llegaron con los años, a medida que proliferaron las web que requieren un pago para poder tentar al azar. "Todavía no se ha determinado si se considera el abuso de internet como una adicción, aún se está investigando. Desde luego hay personas que hacen un uso excesivo y pasan demasiadas horas en las redes sociales, viendo vídeos o vagabundeando de unas páginas a otras, lo que termina afectando de un modo importante a su vida social, familiar o laboral. Sin querer lanzar un mensaje alarmista, es posible que un uso excesivo cree problemas, aunque no podamos asegurarlo todavía, por lo que la precaución es aconsejable".

También está por explorar si engancharse a juegos o apuestas por internet condiciona otras adicciones. "En conjunto, el juego patológico tiende a favorecer el consumo de alcohol, y viceversa. En el problema más clásico, el de la máquina tragaperras, la comorbilidad es muy elevada. En las nuevas modalidades no lo tenemos todavía claro, habrá que dar unos años para corroborar si es un problema que va de la mano".

La UCA, con instalaciones en el primer sótano del Hospital Santa María Nai desde febrero de 2008, atiende a pacientes derivados desde atención primaria, por un especialista o por los servicios sociales, y también a quien acude directamente por iniciativa propia o de sus familias.