Josi Lage (O Carballiño, 1971) es la directora del Festival de Teatro Galego (Fetega) de O Carballiño desde hace más de quince años. El pasado viernes, el evento se despidió de su 29ª edición, que se celebró del 22 al 24 de agosto. Las dificultades económicas, agravadas por la falta de apoyo de la Axencia Galega das Industrias Culturais (Agadic), obligaron a la organización a recortar la cita de cinco jornadas (en 2017) a tres.

-¿Qué valoración hace de esta edición?

-En cada edición, hacemos encuestas al público para saber su punto de vista y qué debemos mejorar, más teniendo en cuenta que viene ya el 30 aniversario. Los asistentes prefieren comedia; espectáculos de gran formato, que requieren de más dinero; y que la última actuación del día sea a las 22 horas y no a las 22.30 horas.

-Hablando de dinero. ¿Por qué Agadic no ha ayudado económicamente este año?

-Agadic nos comunicó que, en base a unos baremos basados en diversos factores, como la antigüedad, el festival no llegó a los 25 puntos en una de la dos partes requeridas, cantidad mínima para recibir su subvención.

-¿Qué supuso?

-Este año había pedido 12.000 euros, una cantidad muy importante para el festival. Tuvimos que pasar de cinco a tres días, cargarnos espectáculos en el anfiteatro, animaciones de calle...

-¿Cuándo se entera de esto?

-Tarde. En julio. Imagínate contar con esta ayuda.

-¿Está asegurada la 30ª edición?

-Mientras el Ayuntamiento de O Carballiño y la Diputación de Ourense sigan apostando, sí. El pasado viernes, el alcalde y el diputado de Cultura, Manuel Doval, confirmaron que sí se celebrará la trigésima edición. ¿Agadic no quiere que se celebre el Fetega? Pues va a seguir. Tendremos más complicaciones, una programación más corta, pero la calidad seguirá siendo 'la leche'.

-¿Y usted seguirá al frente?

-Estoy cansada. Mi intención es ir pasando la batuta. Pero quiero llegar a la edición número 30. Después, necesito dejarlo ya, supone un alto desgaste físico y psicológico. Puede que la próxima cita sea la última en la dirección.

-¿Qué es lo más complicado de dirigir una cita así?

-Todo lo que no tiene que ver con dirigir: hablar con autoridades y políticos, mendigar dinero para ayudar a celebrar algo que quiere el pueblo, la provincia y Galicia. ¿A qué vienen los políticos a decir si el Fetega es o no interesante después de 29 ediciones en las que el público responde? Eso es lo peor. También me produce picores internos que no vaya todo como un reloj sincronizado, algo que ocurre cuando dependes de otros organismos. Tampoco soporto pedir a las compañías que ajusten su caché, va en contra de mi ética, pero el presupuesto no es suficiente.

-¿Qué le pide a esos organismos?

-Un convenio. Las ayudas no pueden depender de personas. La cultura va más allá de las amistades. El Fetega es patrimonio gallego y hubo un porcentaje muy alto de no celebrarse este año.