El ropero de Cáritas atendió el pasado año a cerca de 800 personas, todas ellas de familias con dificultades económicas, que tuvieron la posibilidad de recibir de forma gratuita todo tipo de prendas de vestir, así como ajuar para el hogar (desde toallas a sábanas) todas ellas en perfecto estado, que otros ciudadanos ceden para la institución diocesana.

Pero esta labor da ahora un nuevo giro innovador, al apostar por la inclusión, el servicio digno la formación para el empleo, tras la inauguración ayer de un nuevo concepto de ropero que huye de la imagen de beneficencia y adopta el aspecto de una tienda de moda, con la ropa higienizada, etiquetada por tallas y con probadores "para que todo el que venga aquí a buscar prendas lo haga en un espacio normalizado, como en una tienda normal", explica María del Carmen Alonso, coordinador de programas de Cáritas.

El obispo de Ourense, Leonardo Lemos, y responsables de Cáritas como el propio delegado diocesano José Ángel Feijóo, participaron ayer en la presentación de l renovado ropero en la zona de la Plaza Mil, que recuerda ya a un comercio de moda, con sus colores y sus expositores "fashion" pero un concepto social a copiar por cualquier administración publica.

La ropa entra y pasa por un sistema previo de higienización a través de un sistema de ozono "y luego entra la labor de selección de modo que unas personas se ocupan de desechar la que no vale para entregar a nadie, lo que además hacemos a través del sistema de desecho de residuos oficial", indica la coordinadora de programas.

Por otro lado la labor de las personas que se ocupan de hacer arreglos de las prendas que por su alta calidad merecen un cosido o una cremallera, y las que realizan todo el precintado y selección por tallas, "nos permiten dar formación a cuatro personas en el ámbito local del comercio textil lo que puede mejorar su futura posibilidad de encontrar empleo", indica María del Carmen Alonso.

Esta labor coordinada y de futuro que parte de la máxima de no solo dar pescado, sino dar la caña y enseñar a pescar para que las personas sean autónomas y salgan de su situación de exclusión social, sigue dando frutos en Cáritas, ahora a través del ropero donde hay tres personas empleadas, algunas de ellas procedentes del esos programas de inclusión y con trabajo por tanto desde hace más de doce años.

La presentación de este nuevo concepto de ropero, ubicado como hace 18 años el barrio de O Vinteún en unos locales cedidos en su día por la parroquia de Santa Teresita, dispone de una zona de trabajo para el almacenamiento y tratamiento de la ropa usada, así como un espacio para la atención a las personas que acuden a-este servicio.

Las reformas presentada ayer y realizadas este mismo año "son un paso más sobre las de 2010 pues se ha reformado totalmente la zona destinada a la selección, higienizado y tratamiento textil, facilitando la atención a los donantes y colaboradores, en un espacio preparado para cuidar el medio ambiente, aportando así un valor añadido en la cadena de solidaridad" indicaba ayer Cáritas.

Además el nuevo ropero abiero desde hoy 6 de junio de 2018 incorpora un espacio de tienda, donde se seguirá atendiendo las necesidades de ropa de los beneficiarios sin mediar pago alguno. De este modo se pretende centrar aún más la atención en las personas que necesitan este servicio y acuden a recoger ropa para sí mismas, en un espacio integrador donde realizar esta atención social con más calidad".