En un país con medio centenar de mujeres asesinadas al año víctimas de violencia machista, donde en 2017 se alcanzó la cifra más alta de denuncias desde que hay registros -166.620-, urge la reacción de toda la sociedad, el activismo de las mujeres y los hombres. En el monólogo de Pamela Palenciano (Andújar, Jaén, 1982) se oyen sonoras carcajadas en los momentos de humor y de ironía, pero también hay hondos silencios y lágrimas en los ojos cuando recrea de forma clara y directa episodios de violencia. "Todos los días hay mujeres que se enfrentan con la violencia machista, conozco sus casos a través de las redes sociales y en cada monólogo. Siempre ves a gente llorando porque ha sufrido y, además, hay cada vez más chicos que han ejercido violencia y lo dicen en público", cuenta a este diario.

No solo duelen los golpes -la frase que le dijo una psicóloga- es el monólogo con el que retrata el machismo en todas sus manifestaciones: los malos tratos físicos y psicológicos, el control y la posesión, la convivencia con la agresividad así como la recuperación y la salida.

Es una lacra "estructural" que, en opinión de Palenciano, alimentan el capitalismo y una sociedad patriarcal. El monólogo es el modo autobiográfico de denunciar y canalizar la "rabia" de las víctimas a través del arte, como propició la fotografía en su primer proyecto, hace unos años, y posteriormente un taller de prevención vinculado a esas imágenes. Se abrió paso tras el trauma a base de fuerza y resiliencia. "Después de pasar 15 años viendo que la gente me juzgaba a mí, a la víctima, cuando el foco debe ponerse en el victimario, encontré en la risa una forma de mirarse ante el espejo". Pamela, autora del libro Si es amor, no duele, sufrió cuando era adolescente -de los 12 a los 18 años- la violencia, el abuso y el sometimiento de un novio machista, agresivo, tóxico, indeseable en definitiva.

Cuando empezó la universidad y se libró de esa relación, comenzó una terapia psicológica y el contacto con movimientos feministas. Tras licenciarse, Palenciano vivió 8 años en el Salvador, donde descubrió el teatro, hasta su regreso a España. Su monólogo ha recorrido institutos de educación secundaria y otros aforos para el público en general de varias ciudades del país y también de Iberoamérica, denunciando el machismo.

La activista, actriz y comunicadora lo presentó ayer en Ourense, en el marco de las terceras jornadas "Coeducar en Igualdade", organizadas por la Asamblea de Mulleres del sindicato de la enseñanza STEG en el centro cívico de A Ponte, con el objetivo de exponer y debatir iniciativas en materia de igualdad en los centros educativos.

Palenciano, que además es madre, comparte que la educación es clave para desterrar el machismo de la sociedad y asentar la igualdad. "Pero no basta con limitarse a la educación en el colegio, sino que también debe estar presente en cada conversación en la calle, en los medios de comunicación, en la política y en las pautas de consumo. Somos responsables todas y todos".

España maravilló al mundo el 8 de marzo, con una huelga feminista histórica que llenó las calles de miles de mujeres en todas las provincias del país. "Se ha producido un cambio profundo, radical, pero existe todavía mucho miedo del sistema a esta transformación. El feminismo ha pegado un boom para el que ya no hay marcha atrás, es imparable. Como está buscando un cambio radical de las posturas enfrente se encuentra con 21 siglos de historia en torno a un patriarcado".