En el tiempo que llevó a Paula Godoy (28 años) y Diego Paci (32) el viaje entre el sábado y el domingo desde Madrid a Ourense, de regreso a casa tras unos días de vacaciones navideñas junto a unos familiares, habrían podido llegar a Polonia recorriendo Francia y Alemania del tirón, de sur a norte. Fueron 25 horas de odisea, 17 atrapados en el coche. La pareja ourensana sufrió el caos de la noche del 6 al 7 de enero en la autopista de peaje AP-6, en cuyo asfalto colapsado de nieve se vieron sitiadas miles de personas, sin que los medios de emergencia lograran liberarlos hasta la mañana siguiente.

"Fue el caos. Piensas que al pagar por acceder a una autopista echarán sal, habrá mantenimiento y quitanieves, pero nada. Además dejaron entrar tantos vehículos que era imposible despejar algún carril", explica Paula en conversación con FARO.

El director de la DGT, Gregorio Serrano, incendió a muchos conductores al reprocharles falta de previsión y que no atendieran los avisos. La pareja ourensana no llevaba cadenas en su automóvil pero, según su relato, falló algo más que eso: "Decidimos salir el sábado para evitar el atasco previsible del domingo. Eran las 5 y media de la tarde. Vimos por la televisión que había carreteras cortadas hacia Navarra y el sur, pero no en nuestra ruta. Miré la DGT y en la AP-6 aparecía circulación con normalidad. Entrando, los carteles luminosos aconsejaban moderar la velocidad y conducir con precaución por riesgo de nieve, pero estaba abierta y no se indicaba el uso de cadenas. No somos unos kamikazes que queríamos quedarnos atrapados. Si entramos en la autopista, en lugar de coger la nacional u otra ruta, es porque ponía que se podía".

La pareja ourensana fue comprobando cómo cuajaba y se acumulaba la nieve a medida que circulaban, Entre los kilómetros 61 y 81 de la autopista el colapso fue absoluto. "Siguió nevando, se acumularon hasta 30 centímetros y ya fue totalmente imposible moverse". No había manera de sortear la retención porque estaban ocupados todos los carriles y también las zonas intermedias por causa de los vehículos que, sin agarre, intentaron avanzar. Según Paula, "hasta un par de horas después de estar allí metidos la DGT no informó de que la autopista estaba cortada".

Ella calcula que estuvieron atrapados en el mismo lugar, "desde las 6 y media o 7 de la tarde del sábado hasta que a las 11 del domingo nos vinieron a quitar y conseguimos arrancar sobre las 12 del mediodía". Llegaron a Ourense entre las 6 y media y 7 de la tarde de anteayer, unas 25 horas después de salir de Madrid.

La noche pasó a duras penas. "No nos repartieron mantas, agua, ni comida. El 112 no respondía las llamadas y nadie vino a informar ni a preguntar qué necesitábamos. La gente venía de pasar las Navidades, con algo de comida y dulces, eso fue lo que nos salvó. En el sentido a Madrid pasaron quitanieves, aunque no pararon, pero en el sentido a Galicia solo cruzó una patrulla. Fue sobre las 10 de la mañana, cuando estaba un poco más liberada la autopista, cuando empezaron a repartir algo de comida y bebida", narra la joven. Un hombre del coche que estaba detrás sufrió porque no tenía dosis de insulina. A un joven que iba delante apenas le quedaba leche para su bebé. Paula y Diego llevaban agua, fiambre y el depósito lleno, lo que les permitió encender el motor cada vez que el intenso frío disipaba el calor acumulado de la calefacción. Ella logró dormir un poco pero su novio, a la espera de que la vía quedara expedita, no pegó ojo. "Lo que más molestaba era no saber, no ser informados". En Twitter buscaron respuestas y en esta y otras redes sociales expresaron, con fotos y vídeos, sus críticas y su frustración. "Decían que la UME estaba de camino y que había quitanieves, pero nosotros aquí no veíamos a nadie". Los afectados, que albergaban la esperanza de no tener que hacer noche en los vehículos, como así sucedió, conversaban incrédulos y se arropaban. "Lo único bueno que se puede sacar de esto es el comportamiento de la gente ayudando".