Antonio Álvarez Díaz es un vecino del barrio ourensano de A Ponte que, a sus 83 años, sumará la sexta década cumpliendo la tradición de llevar a la procesión del día 25 de julio un racimo de uvas que él mismo coge de una cepa de Godello como habían hecho unos vecinos cercanos al lugar donde Santiago Apóstol, según cuenta la tradición, se sentó para descansar antes de llegar a Compostela y recibir uvas y posada de estos amables residentes. Como agradecimiento, el santo prometió a los vecinos que su cosecha sería siempre buena. Tiempo después, Antonio Álvarez Díaz sigue manteniendo viva una creencia ancestral acompañando al santo en la procesión posterior a la misa del 25 de julio con su racimo de uvas. Que ello sirva para que las cosechas de Ribeiro, Valdeorras, Ribeira Sacra y Monterrei consigan tener una vendimia lo mejor posible después de los daños meteorológicos causados en los últimos mese sobre los cultivos.