Los meses de verano acrecientan el riesgo de que se cometan más robos con fuerza en domicilios, por la ausencia de los dueños debido a las vacaciones, lo que da un mayor margen a los delincuentes. La comisaría de Policía Nacional de Ourense quiere evitar un repunte de un tipo delictivo cometido con frecuencia por bandas itinerantes, y que es uno de los hechos que mayor alarma social causan. Los agentes están intensificando las vigilancias y controles en las entradas y salidas de la ciudad, como sucedía ayer en una de las rotondas de la Avenida Ribeira Sacra, en la N-120 a su paso por Ourense, una vía que canaliza el tráfico hacia el interior y el exterior de la capital de As Burgas desde el acceso centro de la autovía Rías Baixas, la A-52.

Las bandas de ladrones de pisos prefieren trabajar en horario de oficina. Este tipo de delincuentes actúa los días laborables, por las mañanas, aprovechando la ausencia de los moradores y que la actividad de la ciudad les permite pasar más desapercibidos que a otras horas. Los grupos itinerantes no tienen por qué concentrar su actividad en un punto fijo, sino que en ocasiones delinquen en varias provincias. Viajan, roban rápidamente y se van.

Los ladrones de pisos necesitan poco tiempo para acceder a los domicilios, por métodos como el "resbalón" o el conocido en el argot policial como "sacacorchos", una herramienta con la que se puede arrancar el bombín y liberar la cerradura, inutilizándola. Una vez dentro, aceleran. El objetivo principal: dinero en efectivo y joyas.

El pasado mes de mayo, la Policía Nacional de Ourense atrapó a dos delincuentes que cumplían este perfil, sospechando además de un tercero que hacía las vigilancias pero que no fue detenido. Mohamed Benaachour y Lotfi Benlalam, dos hombres de nacionalidad marroquí y argelina, de 25 y 46 años, los dos residentes en Pontevedra, fueron arrestados tras intentar robar en un edificio de la calle Salvador Dalí, en el barrio ourensano de O Couto, muy cerca de la ruta de entrada y salida que fue vigilada ayer en el dispositivo de prevención de la seguridad ciudadana.

En aquella ocasión, la última conocida de este tipo delictivo, el dueño escuchó ruidos en la entrada, se acercó a la puerta, que ya se encontraba abierta, y vio a dos individuos en el descansillo. Los intrusos huyeron al ser conscientes de que los habían pillado. Dos días después, la justicia zanjó el caso en un juicio rápido, con una condena de conformidad rebajada a una pena de 8 meses de prisión para cada uno. Quedaron en libertad en el acto, tras asumir el delito de tentativa de robo con fuerza en casa habitada. Mohamed -con antecedentes penales, pero ya cancelados- había sido detenido en 5 ocasiones anteriores. A Lotfi le constaba una.

En los controles puestos en práctica ayer por la comisaría, uno o dos agentes revisaban el vehículo mientras otros compañeros esperaban fuera con los ocupantes. Conductores aseguraban ayer a este periódico que algunos agentes exhibían armas largas, lo que llamó la atención en la zona.

Además de estos dispositivos de prevención, la comisaría contempla acciones de reacción inmediatas a la denuncia de un delito reciente. En el denominado "dispositivo de cierre", el 091 moviliza a todas las patrullas de servicio de las áreas de Seguridad Ciudadana, Policía Judicial e Información, incluida la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV).

Entre enero y marzo de este año, según las últimas estadísticas del Ministerio del Interior, los delitos de robo con fuerza en domicilios descendieron un 23,5 % en la ciudad, tras 26 casos registrados en 3 meses, frente a los 34 del mismo periodo de 2016. Los robos con fuerza en establecimientos o viviendas suponen una tasa en Ourense del 0,17%, por un 0,22 de toda España. En términos generales, los últimos datos de criminalidad -relativos al primer semestre del año- permiten ser optimista a la comisaría ourensana. El total de infracciones ha caído un 7%, la delincuencia de delitos graves y menos graves, un 16%, y las denuncias por violencia de género, un 11 %, mientras que la eficacia policial -la resolución de casos- se sitúa en el 57,3% y las detenciones han aumentado un 12,54% en esta primera mitad del año.

Prevención e investigación pese al déficit de plantilla, con 174 agentes operativos de los 254 que deberían. En verano, a diferencia de la Guardia Civil, que cuenta con 20 agentes en prácticas hasta el próximo año, la Policía no tiene ninguno. Se incorporarán 5 nuevos efectivos, pero el incremento neto se reduce a 3, porque 2 de los funcionarios actuales se jubilan. Realizar patrullas en periodo de vacaciones, con la merma adicional de agentes disponibles, supone todo un reto en los fines de semana.